El culebrón del divorcio de Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin se estirará unos cuantos meses más. Contra todo lo que se ha publicado y contra todo pronóstico, no solo no han firmado los papeles de disolución del matrimonio, es que ni siquiera los tienen sobre la mesa. Por no tener, no hay ni abogados trabajando en esta cuestión. Un giro copernicano, sin duda, y que ha hecho público el programa de Sonsoles Ónega, íntima de la reina Letizia. Raro, raro, raro, todo. Pero vaya, que este hecho no cambiará el final de la historia, solo falta escribirle el epitafio a nivel legal. Iñaki seguirá saliendo con su novia Ainhoa Armentia, mientras que la Borbón continuará refugiándose en el trabajo para no tener que pensar en su ex. Pero el divorcio llegará: apunten la fecha, no será antes del 5 de junio de 2023.

Si esta exclusiva es cierta, eso querrá decir que la pareja seguirá casada durante 8 meses más, aunque la relación esté muerta. Muerta y adúltera, aunque consentida. ¿Qué provocará este retraso inesperado? Un presunto acuerdo entre las partes que, para ser sinceros, no acabamos de comprender. Cuando menos a nivel técnico ni legal: quieren que los 4 hijos sean mayores de edad para liquidar esta historia. Y para llegar a esta situación hay que esperar hasta junio, cuando Irene sople 18 velas en su pastel de cumpleaños. ¿Extraño, innecesario? Parece que la cosa sería así: no olviden que no es una niña pequeña, tiene 17 años y medio.

Irene Urdangarín - EFE
Irene Urdangarin / EFE

Irene Urdangarin, el obstáculo que queda para firmar el divorcio

En un divorcio la custodia de los menores es un tema espinoso y muy importante. El régimen de visitas, las compensaciones económicas... todo se puede complicar. Especialmente cuando los chiquillos son pequeños o preadolescente. Pero si las criaturas son adultas el camino queda libre de estos obstáculos. Irene prácticamente lo es. En 8 meses podrá votar, conducir, beber alcohol e incluso largarse de casa sin que le digan ni una palabra. Tan adulta como sus padres y hermanos, vaya. Pensar que estos meses suponen un problema insalvable para llegar a un divorcio de mutuo acuerdo es una astracanada, pero vaya, que hay quien defiende este extremo. EN Blau, sin embargo, tiene otra teoría. Una que tiene más que ver con la moral y las creencias que otra cosa. Quizás nos equivoquemos, pero la mano de Cristina y su fe religiosa podrían tener algo que ver. Un punto de vista muy particular, el suyo, en caso de que esta hipótesis fuera cierta.

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Irene Urdangarin y Victoria Federica / Europa Press

¿Qué busca Cristina con este cambio de planes?

Que la Borbón no quiera separarse del todo hasta que sus descendientes sean todos mayores de edad suena a promesa ante el Altísimo. Es eso o a uno "te jod**" de manual a Iñaki Urdangarin, haciendo que arrastre la losa de salir con otra señora mientras todavía está casado, viviendo en pecado venial. En caso de que no sea ninguna de estas aproximaciones, absolutamente personales, que alguien nos haga un croquis o un resumen. De todos modos, qué ganas de alargar la agonía y el final. Con la felicidad que produce pasar determinadas páginas y mirar hacia el futuro con tranquilidad y sin piedras en la mochila. Ellos sabrán, eso sí.

Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia en la playa Antena3
Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia en la playa / Antena3
Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón GTRES
Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón / GTRES

En todo caso, todo lo que llega sobre este caso se tiene que coger con pinzas. Y esta exclusiva, aunque explique el retraso de la resolución final, tampoco es palabra de Dios.