Juan Carlos sigue exiliado en el Golfo Pérsico y no hay ningún indicio que pueda volver a España después de la ridícula y calamitosa estancia en Sanxenxo y Madrid antes del verano. El rey Felipe riñó a su padre invitándolo a no volver para evitar convertir cada estancia en un show mediático donde la prensa le pregunta si se arrepiente de alguna cosa y el anciano responde "¿De qué?" risueño. Como dice Zarzalejos, exdirector d'ABC, Juan Carlos no tiene noción de haber hecho nada mal y ha desarrollado una suerte de "senilidad selectiva" donde no recuerda haber hecho ningún daño, ni fraude fiscal, ni comisionista ilegal ni engañar a su mujer y súbditos. El emérito va a la suya con una imagen de viejo sátiro.
Jaime Peñafiel es coetáneo del rey y explica intimidades poco sabidas, como Juan Carlos llegó a pedir la mano de Corinna, su amante y por qué ella le dijo que no. Lo escribe en el digital República.com: "La pedida de mano del rey Juan Carlos al padre de Corinna fue, según ella, en mayo de 2014. Al parecer, en enero de 2009 y cuando la falsa princesa se había separado de su segundo marido y estaba tramitando su divorcio fue la primera vez que pidió su mano. Cinco meses antes llegó a la cuenta de Juan Carlos, en la Fundación Lucum, los 100 millones de dólares que el rey de Arabia Saudí le donaba y parte de aquel regalo, concretamente 65 millones de dólares, terminarían en la cuenta de la mujer con la que pretendía casarse". En dos ocasiones el rey, cuando era rey, año 2009, va a su futuro suegro para pedirle casarse con Corinna y el suegro se supone que le reclama un regalo, 65 millones de dólares, provenientes de una comisión saudí.
Peñafiel revela un dato más relevante: si el suegro y la futura novia dieron el visto bueno, a cambio de 65 millones, ¿por qué la boda no se celebró nunca? "La boda se hizo imposible primero porque Corinna supo, en 2010, por boca del rey que mantenía una relación desde hacía tres años con la empresaria valenciana Sol Bacharach, viuda de Manuel Broseta, asesinado en 1992 a manos de ETA. Y segundo y más importante porque seguía casado con doña Sofía y todavía no se había ni planteado su divorcio". La razón clave no es Sofía, que se habría tragado el divorcio y lo que hiciera falta a cambio de conservar el estatus y vivir a costa del erario español. La clave es esta mujer: Sol Bacharach. Juan Carlos engañaba a Sofía con Corinna y al mismo tiempo engañaba a Corinna con Sol Bacharach. Un fulano: engañar a la amante. El colmo del adulterio.
Juan Carlos perdió a su amante alemana para tener una segunda amante valenciana simultáneamente. Corinna dice que dio por acabada la relación adúltera con Juan Carlos cuando el jefe del Estado mantenía al mismo tiempo una segunda relación extramatrimonial con una mujer valenciana. Sol era miembro del Asociación United World College y hay fotos oficiales en Palacio. La señora Bacharach fue adicta a las drogas: ""He aprendido a resistir las situaciones adversas sin necesidad de tomar ansiolíticos mezclados con alcohol. El consumo de drogas me llevó a un callejón sin salida".
Sol y Juan Carlos, con Sofía de floreru, GTRES
Se cuidó de su adicción a Barcelona y Mollet: "Fui a Psiquiatría del Hospital Clínico de Barcelona y me salvó la vida en el Centro Terapéutico del Vallés. Se trataba de un pequeño lugar en Mollet, Barcelona, que adoptó métodos innovadores traídos de Estados Unidos. Allí comenzó mi liberación, volví a pensar el lugar que quería ocupar en el mundo, reflexioné sobre cómo soportaría mi estado e ánimo la ausencia de droga en mi cabeza. Me curé con esfuerzo y reconocí mis limitaciones queriéndome mucho". Una nueva víctima del depredador sexual Juan Carlos de Borbón.