En los últimos tiempos, la situación entre el rey Felipe VI y la reina Letizia ha dado mucho de qué hablar. Diversas fuentes especializadas en la Casa Real aseguran que el vínculo conyugal entre ambos está completamente deteriorado. Aunque oficialmente siguen casados, su relación personal estaría completamente extinguida. La periodista Pilar Eyre, reconocida por su seguimiento cercano de la monarquía, sostiene que la pareja estuvo unida por amor genuino en sus inicios, pero ese afecto fue perdiendo fuerza con los años. Según su análisis, Letizia habría priorizado sus aspiraciones personales por encima de la relación, lo que terminó por desgastarla hasta llevarla a un punto sin retorno. En la actualidad, según Eyre, los reyes ya no actúan como pareja sino como socios institucionales, obligados a mantener una imagen unificada por el bien de la institución y por el papel que jugará su hija Leonor como heredera.

Letizia y Felipe dicen adiós a Leonor

Desde esta perspectiva, el divorcio no sería una opción viable, al menos de momento. El escándalo que generaría un anuncio de separación formal afectaría gravemente la imagen de la corona tanto en España como en el extranjero. Por esa razón, habrían optado por seguir el ejemplo del rey emérito Juan Carlos I y la reina Sofía: vivir por separado, pero seguir cumpliendo juntos con los deberes reales.

Felipe VI y Letizia han decidido separarse porque no se aguantan 

En paralelo, otra versión ha tomado fuerza, impulsada por las declaraciones de Jaime del Burgo, abogado y figura del pasado íntimo de la reina. Según la creadora de contenido Maica Vasco, quien ha analizado a fondo las palabras de del Burgo, la ruptura entre Felipe y Letizia no fue un proceso gradual, sino la consecuencia directa de una infidelidad prolongada por parte de la reina. Esta relación clandestina habría salido a la luz en 2012, provocando una crisis conyugal profunda. Vasco sostiene incluso que el matrimonio entre ambos nunca habría sido una verdadera unión afectiva, sino más bien un acuerdo estratégico: Letizia buscando poder e influencia, y Felipe necesitando consolidar su papel con una esposa que asegurara la descendencia.

En cuanto a la logística diaria, ya se habrían producido cambios importantes. Mientras Letizia permanece en el Pabellón del Príncipe, el mismo lugar donde comenzó la vida familiar con sus hijas, el monarca se habría trasladado a vivir con su madre, la reina Sofía, en el Palacio de la Zarzuela. La presencia de vehículos de mudanza en la residencia es una clara señal del distanciamiento físico definitivo.

A pesar del fin evidente de su relación, Felipe VI y Letizia siguen apareciendo juntos en actos institucionales, aunque cada uno llega y se retira por separado. La tensión entre ellos sería tan palpable que incluso sus hijas, Leonor y Sofía, estarían al tanto de la separación emocional entre sus padres, quienes hoy solo mantienen el vínculo por exigencias del trono.

Retratos de Felipe y Letizia