Isabel Pantoja ha conseguido deshacerse del maleficio que pesaba sobre ella. La cantante terminó con los años de mala suerte y empieza a ver la luz al final del túnel. Su entrada en prisión, la pandemia o su enfrentamiento con Kiko Rivera ya son anécdotas del pasado. Agustín, su hermano y representante, está reconduciendo la carrera artística de la tonadillera. Hace unos meses triunfó con su gira internacional y estas últimas semanas la ha retomado con otros destinos, aunque de momento Mónaco no se encuentra en ellos, pero se ha dejado ver por el principado para hacer negocios.

Hace unos días Mónaco celebró una de sus fiestas más icónicas, el Baile de la Rosa, e Isabel Pantonja fue una invitada de honor. La cantante se vistió para la ocasión con un vestido vaporoso de estampado floral, con una gran rosa de color fucsia al hombro y otra en la muñeca derecha. Estaba nerviosa y sonriente, tal y como desvela Informalia. El evento estuvo presidido por Alberto de Mónaco, su hermana Carolina y el resto de los Grimaldi. Como siempre, la gran ausente fue Charlene de Mónaco, la mujer del príncipe. No acude a este encuentro desde 2014.

Charlene de Mónaco efe

Isabel Pantoja acudió al famoso baile del brazo de Thomas Shcmieder, el marido de Manel Dalgó, íntimo amigo de Agustín Pantoja, conocido transformista y fan de la artista. Él fue quien pagó los 850 euros que cuesta acceder a la cena, tanto a ella como a su hermano.

Aunque parece que tener en aquella cena a Isabel Pantoja careció de importancia para los Grimaldi. Era una absoluta desconocida. Ni tan siquiera Carolina y Alberto se acercaron para saludarla. De todos modos, ésta fue una grata experiencia para la cantante. Posó a la entrada de La Salle des Étoiles. Saludaba a los fotógrafos congregados. Estaba visiblemente nerviosa, pero muy feliz. Siempre sonriente.

Sin duda, Isabel Pantoja destacaba sobre el resto. Era la más colorida de la noche. De hecho, no iba en consonancia con la temática de Bollywood de la cena. Sus amigos iban todos de smoking en color negro.

La ausencia de Charlene de Mónaco vuelve a desatar los rumores de la homosexualidad del príncipe Alberto 

Pero sin duda, un año más, todos los rumores hacían referencia a la ausencia de Charlene. Desde hace años se habla de una importante crisis en su matrimonio con Alberto de Mónaco. Nunca se casaron enamorados y nunca se quisieron. De hecho, el mismo día de la boda estuvo a punto de darse a la fuga y tuvo a sus dos hijos, con los que se quedó en palacio, por inseminación artificial, lo que destapó todas las teorías de que los príncipes no mantenían relaciones íntimas, y que Alberto podría ser homosexual.

Para Charlene de Mónaco su matrimonio con Alberto está muerto. Ninguno de los dos se quisieron, solo han intentado mantener las apariencias. La idea de la princesa es vivir sola en Suecia, ya que el príncipe no le deja llevarse a sus hijos, deben quedarse en palacio. Según varios rumores, ambos habrían llegado a un acuerdo. La princesa continuaría con sus compromisos profesionales por 12 millones de euros al año.

Charlene de Mónaco y Alberto EFE

La mala relación entre Charlene y Alberto solo destapa los rumores de homosexualidad que se le adjudicaron al hermano de Carolina en la década de los 80 y 90.

En el año 2003, Alberto de Mónaco viajó a Suecia en su jet privado con unos amigos. La intención del viaje era disfrutar de una jornada de esquí en la nieve, pero el príncipe estuvo presente en el Festival Gay Escandinavo. Lo pillaron pasándolo muy bien con dos drag queens. Alberto dio explicaciones. Dijo que le pidieron la fotografía al reconocerle y que no sabía que se estaba celebrando un festival gay.

Un año más tarde habló una ex Playmate con nombre artístico Victoria Zdrok afirmó en una entrevista al periodista Chaunce Hayden que una vez hizo un trío con el príncipe Alberto y un amigo suyo y que él parecía más interesado en el amigo que en ella. Se dijo que solo se dejaba ver con mujeres para acallar los rumores, pero no mantenía relaciones íntimas con ellas.