La confirmación que el president, Carles Puigdemont, liderará una candidatura transversal a las elecciones del 21 de diciembre ha sacudido el espacio independentista. Aunque Puigdemont no ha conseguido sacar adelante su apuesta de una lista unitaria de todos los partidos independentistas, la disposición que este lunes ha confirmado de liderar una propuesta al margen de las siglas y bajo el nombre de Junts per Catalunya ha trastocado el funcionamiento ordinario de las formaciones.

Fuentes del PDeCAT aseguran que la candidatura del president no tiene nada que ver con una lista convencional partidista sino que se perfila como una propuesta "muy transversal" que desborda la formación. En la lista no figurará ningún cargo orgánico del PDeCAT. Ni la coordinadora, Marta Pascal, ni el responsable de Organización, David Bonvehí.

Incluso el nombre que había registrado el partido, PDeCAT-Pacte Democràtic, se ha tenido que cambiar por la negativa de Puigdemont a aceptarlo. Este lunes, la Junta Electoral Central ha dado el visto bueno a la modificación que finalmente ha quedado registrada como Junts per Catalunya.

Nada que tuviera que ver con una lista de partido. Esta era la condición que imponía Puigdemont que incluso se mostró dispuesto a encabezar la propuesta unitaria auspiciada por dos plataformas de la sociedad civil que finalmente han unido esfuerzos. De hecho, uno de los fichajes que se espera incorporar a la candidatura es el presidente de l'ANC, Jordi Sànchez, aún en prisión, así como a representantes de las entidades soberanistas y municipalistas.

"No es la lista del PDeCAT", admite una fuente demócrata que destaca que es el mismo Puigdemont quien se está encargando de manera muy directa de su composición. Pascal y el presidente del partido, Artur Mas, viajaron esta fin de semana a Bruselas para abordar este tema con el president. La formación incluso ha tenido que aplazar el consejo nacional que tenía previsto para el viernes para abordar las candidaturas y que finalmente se celebrará este miércoles.

Para el PDeCAT, que vive una situación de declive electoral y al cual las encuestas pronostican una nueva caída, quedar relegado a un segundo plano aparece como un mal menor a cambio de la posibilidad de contar con un cartel electoral liderado por Puigdemont, que durante meses se había resistido a esta posibilidad.

Consellers en la candidatura

A quien sí que se ha ofrecido figurar en la propuesta de Junts per Catalunya es a los consellers del Govern. De momento, sólo la titular de Ensenyament, Clara Ponsatí, ha declinado formar parte, y la previsión es que todos los miembros del ejecutivo en representación del PDeCAT se incorporen.

El resto de nombres que han transcendido del PDeCAT para entrar en la candidatura forman parte de las hornadas más jóvenes de dirigentes y alcaldes con las que el partido se ha renovado los últimos años.

Pero no sólo el PDeCAT se ha visto alterado por la propuesta que encabeza al president. El rebufo de la iniciativa se ha notado también en ERC. El diputado republicano en el Congreso Gabriel Rufián publicó ayer un tuit en que aseguraba que la lucha del 21-D es para restaurar las instituciones catalanas con el Govern y el "presidente legítimo".

Una propuesta cuando menos curiosa después de que los republicanos descartaran una candidatura unitaria, y después de que este fin de semana anunciaron que situaban al líder del partido y vicepresident, Oriol Junqueras, como cabeza de lista por Barcelona, y la secretaria general, Marta Rovira, como número dos.

Lo que sí se confirmó ayer es que no figurarán en ninguna de las candidaturas -ni en la de Puigdemont ni en la de ERC- dos de los cabezas de lista de JxSí, el candidato gerundense, Lluís Llach, y el tarraconense, Germà Bel. Los dos habían dejado claro que no formarían parte de ninguna candidatura que no fuera unitaria.