Tres diputados de JxSí, Lluís Llach, Jordi Orobitg y Roger Torrent, que estuvieron la noche, del 20 al 21 de septiembre en la sede de Economia mientras los responsables de la ANC y Òmnium, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, abordaban con la Guardia Civil la salida de la comitiva judicial de la conselleria, explican en un artículo a El Nacional, qué pasó exactamente aquellas horas. Los tres diputados detallan la preocupación de las dos entidades soberanistas para garantizar que todo se desarrollara de manera tranquila y pacífica y el ofrecimiento para que la comitiva pudiera salir sin incidentes. "El mando [policial] lo rechazó. Pero en el mismo momento que lo hacía, daba las gracias por la actitud de nuestros líderes cívicos", explican.

El lunes, 16 de octubre, la jueza de la Audiencia Nacional envió a los responsables de la ANC y Òmnium a la prisión acusándolos de "animar a la masa" y de hacer una actuación "orientada a impedir la aplicación de la ley y de las resoluciones dictadas por una autoridad en el seno de un procedimiento judicial, como medio para impulsar y asegurar la celebración del referéndum ilegal de independencia de España, contraviniendo con eso la Constitución Española".

Los diputados Llach, Orobitg y Torrent estuvieron desde primera hora de la mañana, cuando comenzaron los registros de la Guardia Civil, hasta entrada la madrugada, ante la puerta de la conselleria. Desde allí constataron cómo los voluntarios de la ANC y Òmnium mantenían el cordón de seguridad para preservar la entrada y salida del edificio, observaron los llamamientos a la calma y la serenidad, y la preocupación por mantener el orden. "Se velaba para que nadie sufriera ni se sintiera agredido. Nadie. Repetimos: nadie".

Cuixart y Sànchez estuvieron constantemente presentes —"por suerte", añaden—, y "se dejaron todas las fuerzas con el fin de proteger la integridad de todo y de todo el mundo". "Incluso pidiendo a la gente que se reunía sobre los coches de la Guardia Civil (entre manifestantes y periodistas) que los abandonaran. Les oímos rogar a aquellos que se subían sobre los vehículos policiales que bajaran", explican.

Salir sin incidentes

"Y llegó la noche. Y acabó el registro en el interior. Y los dos Jordis estaban preocupados por ver cómo podían garantizar que la Guardia Civil y la comitiva judicial pudiera salir de allí sin incidentes", añaden.

Eran momentos tensos mientras se intentaba buscar una fórmula que permitiera superar la situación. En este punto, también los diputados entraron dentro del edificio para acompañar a los responsables de la ANC y Òmnium en las conversaciones con el mando policial.

"Le ofrecieron varias vías. Incluso, los diputados nos pusimos a disposición. Si hacía falta, nosotros ayudaríamos a mantener el orden poniendo nuestros cuerpos como protección", explican.

Dispersar a la gente

Ante la decisión del mando de rechazar las propuestas que se le planteaban, los diputados explican que los responsables de las entidades soberanistas concluyeron que la única manera de asegurar la salida de los de dentro y al mismo tiempo evitar cargas policiales era procurar dispersar a la gente.

Recuerdan que no era una decisión fácil, dirigirse a miles de personas que estaban indignadas para pedir que se marchen, "pero lo hicieron".

"Y nos pidieron a los diputados de JxSí y la CUP que les ayudáramos a hacer el llamamiento. Les parecía que nosotros podíamos ejercer la influencia respectiva para dar apoyo a su llamamiento", añaden.

Acto seguido Sànchez y Cuixart se subieron en los vehículos de la Guardia Civil y, megáfono en mano, emplazaron a los presentes a marcharse. "Les parece que esta imagen demuestra todo aquello que les quieren imputar. Pero no lo han escuchado. No han escuchado lo que dijeron. Ni una palabra", reprochan asegurando que ambos protagonizaron "un gran acto de responsabilidad ciudadana".

Se trata de una versión muy diferente a la recogida en el auto de la jueza que afirma que "no se remitió ningún mensaje ni se comunicó a la masa de ninguna otra manera que no se violentaran los vehículos oficiales en los cuales la comisión judicial llegó a la Rambla de Catalunya, ni que se facilitara la salida de los componentes de la misma".

Según el texto de la jueza, Cuixart y Sànchez aseguraron que podían "mover" a los miembros de la concentración pero "nunca aceptaron aquellas condiciones que los especialistas de seguridad ciudadana proponían para evitar o disminuir los riesgos" y "este control nunca lo utilizaron para desconvocar" a los concentrados.

En el auto se asegura que "subidos a un coche de la Guardia Civil, llamaron a la movilización permanente desde aquel día a favor del referéndum y contra las actuaciones ordenadas judicialmente para impedirlo".