El calendario se le complica a Convergència. Al proceso precongresual y a la consulta sobre el futuro del partido se añade ahora la nueva convocatoria electoral el 26-J. Ante los recelos que han provocado en la sede de ERC los llamamientos de Francesc Homs a favor de una lista conjunta, CDC empieza a poner en marcha la maquinaria de cara a preparar los comicios por separado. De entrada con unas primarias, que se dan por seguras, pero también con un debate sobre la conveniencia de recuperar el nombre del partido en la candidatura.

CDC concurrió a los últimos comicios generales bajo la marca de Democràcia i Llibertat (DiL). Y obtuvo uno de los peores resultados de su historia. Pasó de la primera posición con 16 diputados conseguidos en 2011 al cuarto lugar con 8 escaños. La misma noche electoral se empezó a apuntar como una de las causas a la nueva marca. Con la repetición de la convocatoria electoral se ha vuelto a reabrir el dilema entre mantener el nombre de DiL -que, a pesar de la mala experiencia inicial, ya ha tenido unos meses para darse a conocer- o recuperar las siglas del partido.

Esta posibilidad cuenta con apoyos en la dirección que argumentan que el votante convergente echó de menos las siglas el 20-D y ahora hay que volver a ponerlas en las papeletas. Hay voces que defienden recuperar el nombre de Convergència para la candidatura aunque el acuerdo electoral con Demòcrates -escindidos de Unió liderados por Antoni Castellà- obligue a añadir también la marca de esta formación en el nombre.

Primarias

El segundo punto son las primarias. En la sede convergente se considera que si se ha apostado por abanderar una renovación profunda de las formas de hacer política eso se tiene que hacer a partir de este mismo momento. Ha sido el mismo cabeza de lista de DiL, Francesc Homs, quien ha puesto este tema encima de la mesa, y ayer anunció en declaraciones en TV3 que tiene intención de presentarse.

De hecho, en la sede de CDC se da por descontado que, si no hay lista conjunta, será Francesc Homs quien encabezará la candidatura. Nadie le discute este papel, a no ser que se decidiera dar por buena una alternativa liderada por Artur Mas, como se ha apuntado en los últimos días, a la cual dentro de la sede del partido se otorga posibilidades más que remotas.

Tanto el nombre como la candidatura, sin embargo, chocarán con el encorsetamiento de los plazos. Una vez se convoquen formalmente las elecciones. A partir del lunes 2 de mayo, cuando se disuelva el Congreso, los partidos disponen de 10 días para comunicar los pactos o coaliciones ante la junta electoral. Para presentar las candidaturas disponen de hasta 20 días a partir del día de la convocatoria.

Plazos

Estos son, por tanto, los plazos de que dispone Convergència para ventilar si tiene alguna posibilidad de concurrir con ERC y en caso contrario, para convocar las primarias -con la aprobación del respectivo reglamento y la convocatoria a la militancia- así como para decidir sobre el nombre. El lunes, la cúpula convergente tiene previsto llevar ante la comissió executiva una propuesta concreta.

Paralelamente, Convèrgencia tiene previsto su complejo proceso precongresual dentro del cual se ha anunciado una consulta el 21 de mayo a la militancia sobre si quiere crear un nuevo partido o simplemente renovar el actual. El 4 de mayo el consell nacional del partido decidirá la pregunta. El congreso se celebrará entre el 8 i el 10 de julio, i el 23 de julio se elegirá a la nueva dirección.