Valencia acata, pero no comparte la decisión de Ferraz de no ir al Senado en candidaturas conjuntas con Podemos; el PSC va por libre; Borrell y Gabilondo se ponen de perfil cuando les hablan de “gobierno en la sombra” y cada aparición pública de Susana Díaz es una dosis de recuerdo de la división interna de los socialistas. A menos de 40 días de las nuevas elecciones, sigue la fiesta de los socialistas. Tomen asiento: Pedro Sánchez no gana para disgustos y su comité electoral no afina con la estrategia, salvo para decir que el 27-J no va de izquierda o derecha ni de nuevo o viejo, sino de cambio o no cambio.

Cree que puede recuperar voto por la izquierda de Podemos, pero su candidato suelta que “puede prometer y promete” en un claro gesto al centro; el eje de la campaña pasa por la confrontación con Iglesias pero los socialistas catalanes gobiernan con Colau en el ayuntamiento de Barcelona; el derecho a decidir es una línea roja pero Sánchez incluye en su sanedrín a una alcaldesa que defiende una consulta para Catalunya…

Y ahora va la portavoz socialista del Ayuntamiento capitalino y dice que quiere entrar en el ejecutivo de Manuela Carmena. En El País, en portada y a dos columnas. Purificación Causapié: “El PSOE acepta pactos locales con Podemos pese a su plan electoral. La portavoz socialista en Madrid pedirá al partido apoyar a Carmena como el PSC ha hecho en Barcelona”.

Si los socialistas catalanes pueden gobernar con Colau no hay argumento federal que pueda disuadir al PSM de hacer lo propio en el consistorio madrileño

Obvio. Si los socialistas catalanes pueden gobernar con Colau no hay argumento federal que pueda disuadir al PSM de hacer lo propio en el consistorio madrileño. Lo de Madrid tiene, si cabe, más lógica que lo de Barcelona porque Carmena no tiene carné de ningún partido, está por encima de siglas políticas y muy distanciada de Podemos y el PSOE ya presta apoyo desde fuera a su gobierno.

Pero en Ferraz no quieren ni oír hablar de ello. Dicen que el asunto no está sobre la mesa, que Causapié no tuvo la pericia de evitar semejante respuesta, que cada ciudad tiene su dinámica y que no es el momento de abordar el tema. La portavoz municipal tampoco pretendía que fuera aquí y ahora, sino tras el 5 de julio, fecha en que se celebra el debate de la ciudad en la Real Casa de Correos.

Para entonces, el PSOE ya habrá tenido que decidir si come carne o pescado, si mira a derecha o a izquierda, si apoya al PP o suma con Podemos. De momento, sabemos que Sánchez mantiene el veto a los populares; que Díaz atiza cuanto puede a Podemos y que Jordi Sevilla ha dicho que los socialistas no pactarán con Iglesias sea cuál sea el resultado del 26-J.

Pues si son tan amables que nos aclaren si lo que nos espera es el Día de la Marmota porque con Ciudadanos ya sabemos que no suman y que 131 no son suficientes para una investidura. A no ser que las matemáticas nos las hayan cambiado o que el partido de Rivera se salga del tablero, que no se espera.