La imagen es antigua, de cuando el presidente Rajoy todavía no se teñía el  pelo. Ahora hace algo bastante extraño, hace ver que tiene negro el pelo, arriba, y muestra la barba bien blanca y bien recortada, del mismo modo que tiene dos manos y la derecha nunca sabe lo que hace la izquierda. Francisco Marhuenda, por su parte, con gafas redonditas y finas, con el pelo larguito, suelto, tiene una actitud servil, femenina, de Pantoja, de subalterno eficaz, de profesional con taxímetro, comparable al personaje del marido cornudo de la novela de Albert Cohen, La Bella del Señor. Uno está recompensando al otro. Desde que Jorge Fernández Díaz se lo llevó a Madrid cuando nombraron a Mariano Rajoy ministro de Administraciones Públicas, nunca ha dejado de ser recompensado por la España que a nosotros nos roba pero que a él, le amamanta. Ministerio de Educación, Ministerio de la Presidencia, Colegio de Graduados Sociales de Barcelona que presidía Vicente Cardellach, casualmente suegro de Don Jorge... El aznarato fue tan pródigo en oportunidades que Francisco Marhuenda, padre de cinco hijas y que, por esto, dice que nunca podría humillar a las mujeres llamándolas “puta” o “zorra”, también disfrutó de oportunidades más sólidas que sus argumentos de plástico. De cínico. Hasta que, como ha ocurrido hace pocos días, se pasó del listo, de eficaz. Se pasó de taxímetro. Cuando era jefe de Gabinete del ministro Rajoy ya había estirado más el brazo que la manga, y presuntamente, vendió un fondo documental propiedad de la Comunidad de Madrid, valorado en 32 millones de pesetas de 1999. Y, presuntamente, se quedó el parné. Por eso el señor de Pontevedra se deshizo de él temporalmente.

Del mismo modo que hace meses el ministro del Interior de entonces, Fernández Díaz, fue grabado sin su conocimiento por las cloacas secretas de su ministerio, ahora Francisco Marhuenda ha sido grabado diciendo cosas bastante graves. Es alarmante esta España que nos dice que no roba. Si sólo robara, aún se podría soportar. En las grabaciones afirma que, como director de La Razón, se inventa noticias. Que, presuntamente, como miembro de una banda criminal, se dedicó a amenazar a la presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, para que esta señora no denunciara la corrupción en la empresa pública madrileña Canal de Isabel II. Como Marhuenda es manifiestamente más vanidoso que capaz, ha vuelto a meter la pata, otra vez. Se ha equivocado ante todo el mundo, como cuando hacía de bibliófilo, como cuando su mentor fue puesto en evidencia por el espionaje político, como cuando se dejó condecorar por Fernández Díaz y ocupar el mismo rango que dos Vírgenes como comisario honorario. Marhuenda ha llevado el cinismo al límite de su resistencia mental. Ya saben ustedes que el mentiroso no puede mentir constantemente ya que la mente necesidad desdoblarse, invertirse. Decir lo contrario. Es como hablar al revés, hagan la prueba. En el principio de verdad de la mente humana se basan todas las películas de juicios. En el miedo a la contradicción en la que, antes o después, terminan cayendo todos los criminales.

¿Quiero decir con esto que Podemos, desde el punto de vista mediático es una operación construida por el PP? Sin lugar a dudas: sí. 

Gracias a este error de personas que van de sobradas –y que se inscribe en la guerra civil que vive el PP desde hace tiempo–, hemos conocido un poco mejor cómo funciona la España que dice que no nos roba y donde, en cambio, es ilegal la aplicación práctica del independentismo político. Que al igual que Felipe González y Jesús de Polanco, a través de Juan Luis Cebrián y El País ejercieron la propaganda política del felipismo, la dictadura silenciosa de la manipulación de la opinión pública, hoy, mutatis mutandis, la cosa es bastante parecida con Mariano Rajoy y Mauricio Casals, el patrón de Marhuenda. Casals es uno de los hombres más poderosos de España y nadie le ha votado. Es quien corta el bacalao en el grupo de A3Media-La Sexta-Onda Cero-La Razón y por eso está siendo investigado ahora por el juez. ¿Saben ustedes por qué el Tramabús de Podemos, el que exhibe a la gente “corrupta” no ha puesto las imágenes ni de Soraya Sáenz de Santamaría ni de Mauricio Casals? Pues porque estas dos personas, principalmente, son las responsables del fenómeno televisivo de Podemos. ¿Quiero decir con esto que Podemos, desde el punto de vista mediático es una operación construida por el PP? Sin lugar a dudas: sí. ¿Y por qué? Porque el señor de Pontevedra piensa que Podemos, tan radical como es nunca ganará unas elecciones. Porque el señor de Pontevedra piensa que mientras exista Podemos el PSOE no conseguirá suficientes votantes para superar al PP y tomar el poder. Y, esta es la principal razón: porque el señor de Pontevedra piensa que mientras exista un Podemos fuerte en Catalunya el independentismo catalán nunca conseguirá fuerza suficiente, mayoría social suficiente para cortar con España. ¿O se creen ustedes que los grandes capitalistas de La Sexta ofrecen Podemos mañana, tarde y noche porque tienen inquietudes sociales o filantrópicas? Venga, va, no me hagan reír.