La palabra hoy de moda es la reflación. Los mercados no se la sacan de la cabeza porque parecen pensar que la combinación de mayor crecimiento y mayor inflación (cuyo resultado es la reflación) podría ayudar a responder a las aspiraciones acumuladas en los últimos años, a saber, más empleo, mejores salarios y una deuda más llevadera. ¿Es así, o es una mera hipótesis? Acerquémonos más a sus análisis para saber lo que realmente piensan.

Respecto al crecimiento, la última encuesta de noviembre de BofA Merrill Lynch indica que el 35% de los principales gestores de fondos globales piensa últimamente en que vamos en buena dirección, frente al 19% en el mes anterior. Jan Hatzius, economista jefe de Goldman Sachs, afirma que el crecimiento global en 2017 se situará en la parte alta de la banda 3-3,5%. Para Merrill Lynch, la economía mundial avanzará un 3,4%. En la zona euro, el resultado será inferior, del 1,7%, por el ciclo electoral que viene, aunque el Plan de Inversiones para Europa puede dar sus frutos. En el caso de la economía española, Caixabank prevé que el PIB crezca el 2,6%, una décima más de lo que augura el Banco de España. La economía china por su parte se ralentizará en 2017, creciendo alrededor de un 6,5%, según los analistas del gobierno en Pekín.

En materia de inflación, Jan Hatzius, de Goldman Sachs, piensa que "habrá un modesto recalentamiento en 2017 y 2018". Este punto es clave porque, según los gestores globales, hay un riesgo de cola en el programa de Trump de fuertes inversiones en la infraestructura y la reforma del impuesto de sociedades. De desviarse, podría dar lugar a mayor gasto, mayor deuda y un crecimiento semi-estancado. Este proceso se llama estanflación, porque el rebote de la inflación sería más intenso de lo esperado. El 22% de los gestores globales esperan un crecimiento por debajo de la tendencia y una inflación por encima. "Las expectativas de estanflación están cerca de los niveles más altos en cuatro años", según BofA Merrill Lynch. Según la misma encuesta, las previsiones globales de inflación suben a su nivel más alto desde 2014, avaladas por las opiniones de un 85% de los gestores frente al 70% anterior.

No obstante, para los analistas de BofA Merrill Lynch, el crecimiento económico en Estados Unidos podría aumentar en 2017 del 3% al 4%, nivel que el futuro secretario del Tesoro americano, Steven Mnuchin, ex Goldman Sachs, estima necesario para equilibrar las cuentas y hacer avanzar de verdad la economía americana. Según Donald Trump, EEUU tiene hoy "una economía falsa" que frustra a los ciudadanos.

En materia de política comercial, Goldman Sachs no ve una guerra inminente en el horizonte, y espera que cualquier renegociación de acuerdos actualmente en vigor se centre en los intentos de mejorar las perspectivas del sector manufacturero estadounidense. "El riesgo a la baja por guerra comercial está exagerado". Goldman y el propio Gobierno chino estiman que el yuan seguirá debilitándose, "entre un 3 y un 5% adicional en 2017", ha dicho el investigador del Ministerio de Comercio Jim Bosong. Las exportaciones chinas deberían elevarse entre un 4% y un 6% en el próximo ejercicio. Por su parte, un dólar al alza podría afectar la evolución en el exterior de las empresas americanas, que dependen muchas de negocios internacionales para sus ingresos mientras los precios de sus acciones rondan máximos.

Curiosamente, donde los inversores tienen fijada su atención es la evolución de los tipos de interés a largo plazo bonos a 10 años americanos y alemanes, que no sólo van a influir en los precios de las acciones, sino que un ascenso fuerte supondría una señal de alerta para el conjunto de la economía global. Indicaría un encarecimiento del crédito.

En definitiva, parece que los grandes bancos de inversión se muestran optimistas sobre el crecimiento, pero en la misma medida o más se sienten preocupados por los riesgos que acompañan su búsqueda. Como señalan los expertos de JP Morgan, "los riesgos en 2017 serán mayores que los de este año".