La economía española puede crecer este año a un ritmo del  2,8-3%, según las previsiones del mercado y del FMI, algo menos que en 2016. Su evolución se vislumbra positiva pero este año debe recortar cerca de 5.000 millones de gasto público, el precio del petróleo está subiendo a cuotas próximas a los 60 dólares, la inflación ha llegado al 1,5% y el BCE va a aflojar su estrategia pro-expansiva en la zona. Es decir, se acaban los vientos favorables de cola para el PIB 2017 y se amontonan los riesgos políticos  en el Congreso donde la oposición quiere atacar fuerte. En este caso, ¿cuál sería el factor que guíe el crecimiento, junto con las exportaciones ? Este año el crédito puede jugar el papel del conductor del juego. El "driver", que dicen los anglosajones.

Víctor Peiro, director de análisis de GVC Gaesco Beka , estima que "el consumo y la inercia positiva que mantiene la economía pueden dar lugar a un crecimiento del 3%. El crédito puede tener un efecto dinamizador tanto para las economías familiares como para las pymes  mientras que las grandes empresas, como Telefónica o Iberdrola, mantienen, por un  lado la línea de reducir  deudas y,  por otro, el acudir al mercado de bonos para financiarse".

El estado de salud de la banca resulta ahora crucial

El estado de salud de la banca resulta ahora por tanto crucial. Aunque las entidades sí están concediendo nuevos créditos (sobre todo hipotecas y préstamos personales para consumo) el volumen global de la cartera o "stock" crediticio apenas ha crecido un 0,6 % en lo que va de año, según los últimos datos publicados, por lo que las entidades no han mejorado sus ingresos por esta vía.

"Es difícil que crezca el stock, ciertamente. Ahora bien, ese estancamiento puede ser paliado por una mayor calidad de los préstamos concedidos y por unos mayores márgenes para los bancos. En el primer caso, la morosidad continúa su línea de mejora gracias a la creación de empleo", afirma el experto. Este aspecto es importante porque a mediados de 2016 la banca española atesoraba casi 200.000 millones de euros entre préstamos dudosos y de difícil cobro. Y en cuanto a los márgenes, el alza de los tipos de interés a largo plazo anuncia una subida. "Los precios de los créditos van a ser más de mercado", señala Víctor Peiro.

Estas mejorías en una banca que tiende a reducir plantillas, recortar el número de cajeros, hacer en general menos cosas y aplicar mayores comisiones, "pueden hacer que los beneficios bancarios este año crezcan entre un 5 y un 10%". apunta el analista. "Y eso, a su vez, que su  su valor en bolsa comparado con  su valor propio, sea de 1, es decir equivalente, cuando  ahora ronda tan sólo entre 0,7 y 0,8", agrega. Su posición en bolsa podría crecer, según la opinión del mercado, especialmente al haberse librado de contagios de crisis ajenas, como ha ocurrido en el reciente caso italiano.

Para la economía, los últimos cambios pueden suponer un encarecimiento del servicio "pero es clave para ella que la banca sea más fuerte y eficiente".

El entorno internacional, con un crecimiento en la Eurozona del 1,5% no es para echar cohetes, pero tampoco se divisan "cisnes negros"

El entorno internacional, con un crecimiento en la Eurozona del 1,5% no es para echar cohetes, pero tampoco se divisan "cisnes negros" que puedan poner a la banca en una situación de gran riesgo. "En Alemania, las elecciones pueden crear problemas a Merkel, pero no parece que vaya a llegar la sangre al río. Del resto de procesos electorales se podría decir prácticamente lo mismo". 

Ciertamente,  para el Santander y el Sabadell el Brexit ha resultado un contratiempo, como la compleja situación de Turquía o el futuro de México lo es para el BBVA, pero en la finanza internacional el repliegue no es tan sencillo como dictar medidas proteccionistas. A pesar de todas estas vicisitudes y con un Gobierno en funciones, la banca ha aguantado el tipo, a lo que le ha ayudado el BCE, si bien los tipos de interés cero han actuado como una rémora importante, de la que paulatinamente espera librarse.

Ante las turbulencias que ha vivido el sector bancario, el BCE ha insistido en el esfuerzo para crear un sistema bancario más unido en Europa, donde tan sólo se materializaron 15 acuerdos de fusión o de adquisición de participaciones en bancos en 2016. La incertidumbre sobre la futura regulación bancaria, la cautela de los reguladores han frenado los acuerdos. Quizá la interrupción este verano de las negociaciones para fusionar el Deutsche Bank y el Commerzbank  sea el caso más claro del deseo de mantener la autonomía. Y, en septiembre,  Caixabank logró, tras muchas vicisitudes, el control del BNP portugués manteniendo el criterio de negocio de banca transfronteriza.

En esa disyuntiva se mueve la banca española, si bien Víctor Peiro no ve ninguna operación de este tipo factible de momento. "Esta salida, hablando colectivamente,  se aprecia cercana a una operación de cosmética. La dinámica será más bien de goteo, como igual pueda verse en el caso italiano". Mientras,  cada uno haciendo lo suyo, en plena gimnasia para reforzarse. Contra mayor músculo adquieran, más grande será la carga y el peso de las economías que puedan arrastrar.