Tal día como hoy del año 1164, hace 853 años, Ramón Alfonso, conde independiente de Barcelona y de sus territorios vinculados (Girona, Osona, Besalú y Cerdanya) era coronado en Zaragoza rey de Aragón. Ramón Alfonso, que pasaría a la historia como Alfonso el Casto, era el primer soberano que reunía sobre su cabeza la dignidad condal de Barcelona y la real de Aragón, y se convertía en el iniciador de la dinastía Bellónida-Aragón, que gobernaría los destinos de la confederación política catalanoaragonesa durante 246 años, hasta la muerte de Martín I el Humano (1410). Durante su mandato reuniría el patrimonio familiar paterno que lo convertiría en conde del Rosellón, de Gavaldán y de Provenza.

Ramón Alfonso, nacido el año 1157 en Huesca según algunas fuentes y en Barcelona según otras, era hijo de Ramón Berenguer IV, conde independiente de Barcelona y hombre principal de Aragón, y de Peronella, reina de Aragón. En el pacto matrimonial entre Ramón Berenguer i Peronella se hacía especial esmero en la voluntad de mantener las leyes y las instituciones de las entidades políticas representadas. Por este motivo, Ramón Alfonso, que ya era conde independiente de Barcelona desde la muerte de su padre (1162), tuvo que ser coronado en Zaragoza, ya que los pactos impedían que ninguna de las dos dignidades tuviera prevalencia sobre la otra.

El gobierno de Ramón Alfonso tuvo una proyección expansiva más orientada hacia el norte que hacia la península Ibérica. Centró todos los esfuerzos políticos y militares en vencer el Casal de Tolosa de Languedoc, el gran rival del Casal de Barcelona por el dominio de Occitania, y en cambio negoció varios tratados de paz con Castilla, que comportarían la renuncia a la ocupación de los territorios de Cuenca y Murcia que, inicialmente, correspondían a la Corona de Aragón. Su política exterior lo llevaría a negociar y firmar alianzas con Inglaterra, que codiciaba el dominio sobre la Gascuña, con el propósito de liquidar, definitivamente, el proyecto expansivo de Francia.