Sí, todavía hay 18.161 cabinas en España y sí, las seguirá gestionando Telefónica por cortesía del Gobierno español. Tras un concurso para hacerse con los servicios universales de cabinas y guías telefónicas que ha quedado desierto de participantes, el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital encabezado por Álvaro Nadal ha designado a Telefónica como operador encargado. No por voluntad sino por universalidad, el Boletín Oficial de Estado (BOE) ha ordenado a Telefónica que siga prestando estos servicios al menos hasta el 31 de diciembre de 2017. Queda abierta la posibilidad de extenderlo todavía un año más en función de si cabinas y guías telefónicas se siguen considerando o no un servicio universal. 

Sin ir más lejos, el pasado marzo la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) ya anticipó que ambos servicios estaban "en claro declive" y con un bajo nivel de demanda, por lo que aconsejaba replantearse la conveniencia de seguir exigiendo la prestación con la normativa en la mano. El número de guías telefónicas impresas y en formato electrónico entregadas en 2015 es de 127 y 9.998, respectivamente.

De hecho, en un número significativo de países de la Unión Europea (UE) ya no se designa operador encargado. Quizás aquí yace la clave de reinventarse. Un buen ejemplo es el Reino Unido que más allá del atractivo turístico de sus cabinas telefónicas, ha redireccionado el negocio como un puesto para servir cafés, reparar teléfonos o incluso a modo de micro-oficina por horas. 

"Indudables ventajas"

Fijar el plazo no es tan fácil como parece. A la espera de que la calificación de servicio universal sea suprimida o modificada por la normativa española o comunitaria, se ha valorado la necesidad de Telefónica para contar con un período suficiente para definir y ejecutar un plan de negocio realista. Cabe añadir que desde el pasado mes de septiembre, la Comisión Europea lanzó una propuesta de reforma del marco jurídico de las comunicaciones electrónicas que ya no incluye como obligatorio el suministro de una oferta suficiente de teléfonos públicos de pago ni tampoco la elaboración y entrega de la guía telefónica. 

Pero, ¿porqué un solo operador para toda España? Según el Ministerio, es una cuestión de "indudables ventajas" como: simplicidad técnica y operativa en su prestación, mayores sinergias en la planificación y menor coste. Dicho de otra forma, más eficacia y más eficiencia en la gestión del sistema y la prestación de estos servicios. Quizás también influido por un concurso desierto de participantes.

¿En qué consiste este servicio universal?

El servicio universal de telecomunicaciones garantiza que todos los usuarios puedan acceder a una serie de servicios básicos. Se caracteriza por una calidad determinada y un precio asequible sin importar cual sea su localización geográfica. Más concretamente, se incluyen las siguientes categorías: guías telefónicas, servicio de información sobre números de abonado, oferta suficiente de cabinas telefónicas, conexión a la red fija para realizar llamadas telefónicas y acceso a Internet. También se garantiza que los usuarios con discapacidad tengan acceso a servicios anteriores en condiciones equiparables al resto de usuarios y el abono social (descuento aplicado a jubilados y pensionistas con renta familiar inferior a 639,01 euros mensuales para facilitarse el servicio telefónico fijo). 

Los operadores del sector asumen la financiación del servicio universal mientras que la CNMC determina su coste neto. En 2013, dicho coste fue de 18,3 millones, por lo que se entregó dicha cantidad al operador encargado de prestarlo. Con una año vista, se acerca el fin de un símbolo.