El peor Sevilla de los últimos años ha desplegado una alfombra roja para que el Real Madrid espante fantasmas el día en que Cristiano Ronaldo ha ofrecido su quinto Balón de Oro al público del Santiago Bernabéu (5-0).

Lluvia de goles

El Madrid ha estado implacable con la imagen indigna del Sevilla. Los dos equipos llegaban al partido empatados a 28 puntos. Y un error impropio de un equipo de Primera División en la salida de un córner ha servido en bandeja el primer gol de la tarde a Nacho Fernández. Los de Zinedine Zidane ya ganaban y sólo se habían jugado tres minutos. El 1-0 era premonitorio de una tormenta que borraría a los andaluces del campo.

Sergio Ramos, Raphael Varane, Dani Carvajal, Casemiro y Gareth Bale veían el partido por la televisión. Unas bajas que han motivado, curiosamente, al mejor Madrid de la temporada. El Sevilla se ha intentado defender con la pelota, como hizo el Borussia Dortmund en la Champions, pero no lo ha conseguido. Marco Asensio, otra vez diferencial, ha servido en bandeja el segundo a Ronaldo. Y el delantero portugués ha aprovechado un penalti infantil de Jesús Navas para hacer el 3-0.

El Madrid exhibía músculo en todas las jugadas de ataque. Y recordaba al de la temporada pasada. El Sevilla, depresivo, no cruzaba la línea del medio del campo y se especializaba en perseguir camisetas blancas. Los andaluces habían construido un decorado perfecto. La derrota no hacía justicia a un equipo de los octavos de final de la Champions. La situación empeoraba por momentos. Y se ha convertido en vergonzante con los goles de Toni Kroos y Achraf Hakimi. Los dos antes del descanso.

Victoria con compasión

El 5-0 no admitía ningún tipo de discusión. El Madrid había atropellado a una sombra del Sevilla en la primera parte. Y no ha querido hacer leña del árbol caído. Seguir dando la cara ya suponía suficiente castigo. Ernesto Marcucci, ayudante de Eduardo Berizzo, ha señalado a los once futbolistas y no ha tocado el banquillo.

Ronaldo seguía luchando por hacer más grandes sus números, pero la mayoría de sus compañeros han levantado el pie del acelerador. Karim Benzema, que sigue anegado, ha enviado el 6-0 al palo de Sergio Rico con un remate de cabeza.

El partido no ha tenido más historia y Zidane lo ha aprovechado para repartir esfuerzos, con el Mundial de Clubs en la cabeza. Kroos, Modric y Ronaldo, en medio de una ovación, han acabado fuera del campo. El 5-0 supone una inyección de moral para un Madrid que en este mes de diciembre se juega mantener la condición de mejor equipo del mundo y recortarle distancias al Barça en el Clásico de Liga en el Bernabéu.