La Premier League puede quedar sentenciada este fin de semana. El Manchester City de Pep Guardiola, líder, visita domingo (17.30 horas) el Manchester United de José Mourinho, segundo. El margen entre los dos equipos es de ocho puntos y una victoria citizen podría teñir la liga inglesa de color azul a falta de 22 jornadas para el final.

Mourinho es plenamente consciente de que no se puede permitir el lujo de descolgarse de la carrera por el título y ya ha empezado a jugar el partido. Y lo ha hecho a su manera. Con la prensa. El técnico portugués empezó a enumerar delante de los periodistas la lista de bajas de cara al derbi de Manchester: "¿Queréis la verdad? Carrick no podrá estar, Bailly tampoco, Jones y Fellaini tienen alguna opción, Ibrahimovic estará casi seguro y Matic está lesionado pero jugará".

El discurso del entrenador del United, que en un principio podía sonar victimista, se envenenó con sólo una frase. Cuando se disponía a abandonar la sala de prensa, Mourinho se lo pensó dos veces. "Estoy diciendo la verdad, ninguna historia sobre Lacazette o Silva, esto es la verdad", dijo en referencia a las declaraciones de Arsene Wenger, entrenador del Arsenal, que descartó a Alexandre Lacazette y después fue titular, y a las de Pep Guardiola, en las que duda sobre si David Silva podrá jugar en Old Trafford.

A Mourinho le interesa que en el partido contra el City sucedan cosas que no estén en el guion. Y es que el equipo de Guardiola encadena veinte victorias consecutivas y afronta el último partido de la fase de grupos de la Champions sin ninguna presión, después de sellar la clasificación hace dos jornadas. Contra el Shakhtar Donetsk, el técnico de Santpedor podrá hacer todas las rotaciones que quiera y llegar a punto a un partido que puede encauzar su primera Premier League.