Eugeni Casanova, periodista y filósofo, se doctoró con una tesis sobre los gitanos catalanes. Ahora la ha revisado y ha publicado Els gitanos catalans de França. Llengua, cultura i itineraris de la gran diàspora (Pagès Editores). Se trata de una obra monumental, donde se mezcla el conocimiento teórico sobre el mundo gitano, con las vivencias del autor entre las comunidades gitanas de Francia. Un libro escrito con tanto cerebro como corazón, y que no sólo nos habla sobre los gitanos, sino también sobre los payos, y sobre la discriminación a la que, durante siglos, nuestra sociedad ha sometido a los que no eran como nosotros.

¿Cómo surge este libro?

Yo descubrí que había una población gitana, en toda Francia, que hablaba catalán. El tema me interesó mucho y me puse a trabajar y posteriormente lo convertiría en una tesis, que está en la base de este libro.

¿Y cómo tuvo conocimiento de la existencia de los gitanos catalanes de Francia?

Me di cuenta de ello una vez que fui a ver el gran peregrinaje de los gitanos de Francia, a Santas Marías de la Mar, en la Camarga. La primera vez que fui encontré a muchos gitanos que hablaban catalán, y me pensé que eran de Perpinyà. La segunda vez, hablé con ellos y vi que eran de París, de Montpellier, de Arles, de Narbona, de Agde, de Tarascón, de Lyon... Y a partir de la gente que conocí en Santas Marías fui tirando del hilo, de una familia a la otra, y localicé 160 poblaciones donde hay población gitana: hay incluso en Córcega y en el extremo norte de Francia.

Cuando los gitanos catalanes de Francia me despedían, no parecían muy convencidos de que no fuera gitano

Usted quiso visitar muchos asentamientos gitanos...

Yo me presentaba en los asentamientos gitanos que conocía a través de lo que me habían dicho otros gitanos. Normalmente me recibían con desconfianza, pero cuando les hablaba me catalán cambiaban enseguida y me trataban con mucha amabilidad, me hacían pasar a su casa, me invitaban a comer con ellos... Lo hacían, justamente, porque me dirigía a ellos en catalán... Para muchos de ellos era la primera ocasión que oían a alguien hablar catalán sin ser gitano. De hecho, ellos a hablar catalán le llaman "hablar gitano". Cuando estaba en una casa gitana llamaban a los vecinos y a los parientes para que me oyeran hablar en catalán. Y cuando me despedían no parecían muy convencidos de que no fuera gitano.

Además de las entrevistas y la estancia en los asentamientos gitanos, el libro presenta una cantidad ingente de documentación. ¿De dónde sale?

Básicamente del registro civil. Gracias al mundo telemático y a internet, hoy en día es muy fácil controlar las partidas de nacimiento, matrimonio y defunción, porque hay muchas organizaciones que han colgado en la red las partidas de nacimiento. Y como muchos de los gitanos catalanes tienen una docena de apellidos que se van repitiendo, como Soler, Patracht o Malla, es fácil repasar su pista. Además, es fácil identificarlos, porque solían tener todos las mismas profesiones: tratantes de caballos y esquiladores.

Los especialistas catalanes en gitanos no han analizado su lengua, su historia...

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Su libro habla principalmente sobre los gitanos catalanes de Francia, pero además da una visión en perspectiva del conjunto de los gitanos catalanes.

Tuve que hacerlo porque no había casi nada hecho sobre el tema. Cuando buscas bibliografía sobre los gitanos de Catalunya encuentras muchos materiales sobre educación, sobre pobreza... Pero hay muy poco que los analice como sujeto. Los especialistas catalanes en gitanos no han estudiado su lengua, su historia, como han llegado aquí, qué cultura tienen, qué rituales practican con los difuntos, cómo se casan... Yo analizo a los gitanos catalanes de Francia pero también quiero buscar sus orígenes, y por eso voy a Gràcia, voy a Lleida, voy a Portal (en el barrio de Sant Antoni)... E intento mirar como viven los gitanos de todos estos lugares.

Parece que el tratado de los Pirineos afectó poco a los gitanos: hay datos de conexiones continuas entre ambos lados de la frontera...

Aunque los Estados pusieron una frontera en medio del territorio, los contactos entre la zona francesa y la zona española continuaron. Había gitanos en el Rosselló y en el Empordà, y tenían muchos contactos mutuos: comerciaban a ambos lados de la frontera, trataban con ganado en España y Francia, pero además, se casaban entre gitanos del territorio español y del francés. Y el mundo gitano no es un mundo político ni geográfico, sino familiar. Y por lo tanto, para ellos pasar de un lado a otro no era difícil. Los gitanos tienen su patria donde hay miembros de su familia.

En el libro se explica, incluso, que el famoso encuentro gitano de la Camarga, Santas Marías de la Mar, es, sobre todo, un encuentro gitano catalán...

Los que han organizado siempre este encuentro son los gitanos catalanes, aunque eso no se había dicho nunca. Los que montaron la peregrinación en primer lugar, hacia los años 50 del siglo XIX, eran catalanes, porque los gitanos que había en la zona eran básicamente catalanes: como lo decía claramente Frederic Mistral. Los gitanos que había en Francia antes de la revolución, los llamados bohémiens, habían sido asimilados. Y el hueco que dejaron fue llenado por gitanos que venían de Italia, de Catalunya, de Andalucía... Los que empezaron el peregrinaje eran la familia Batista, que son gitanos catalanes. Todavía son ellos los que hoy en día llevan la imagen de la Santa.

Nadie se detiene a hablar con los gitanos y a preguntarles qué lengua hablan

La imagen de la Santa Sara cargada por gitanos catalanes en Santas Marías de la Mar. Foto: Eugeni Casanova.

Se ha invisibilizado a los gitanos catalanes franceses: nadie los reconoce como catalanes. ¿Hay algún reconocimiento oficial de la catalanidad lingüística de los gitanos?

Los gitanos, globalmente, están invisibilizados. En el siglo XIX George Sand y otros escritores se preguntan por el origen de los gitanos: los pintan con barretina y dicen que hablan un español corrupto. Pero nadie se detiene a hablar con ellos y a preguntarles qué lengua hablan. Si hasta ahora nadie ha hablado sobre la catalanidad de los gitanos franceses es porque nadie se ha preocupado en hablar con ellos.

¿Qué catalán hablan los gitanos franceses?

La mayoría hablan el catalán de los gitanos de Perpinyà, el "hablar gitano", que no es propiamente el rosellonés sino una mezcla de rosellonés con catalán central. Jean-Paul Escudero, que les dedicó la tesis, dice que el catalán de los gitanos del Rosselló es un dialecto propio. Lo usan casi todos los gitanos catalanes de Francia, pero como más al Norte vas, más se afrancesa. A pesar de todo, hay un grupo de unas 600 personas que hablan un dialecto diferente. Forman parte de un colectivo que emigra de Lleida y del Aragón Oriental, y hablan leridano con mezcla de aragonés, incluso con palabras de la lengua aragonesa.

¿Los gitanos catalanes de Francia, mantienen vínculos con los gitanos de Gràcia, de Sants, de Portal, de Figueres?

Más o menos. Algunos músicos catalanes gitanos de Gracia iban a tocar a menudo a las bodas gitanas de Francia. Hay gitanos franceses que han pasado por Barcelona y que conocen a los gitanos de Portal, de Sant Antoni. La cultura catalana se ha podido mantener porque ha habido aportaciones continuas desde el Principado, con contactos, y también con migraciones que han perdurado a lo largo del tiempo.

¿Ha habido varias olas migratorias?

Las primeras migraciones se detectan en el siglo XVIII. Pero los flujos de gitanos, de lado a lado de la frontera, son continuos. Las fronteras siempre son una salvación para los gitanos. Los gitanos del Empordà cuando hay guerra en España huyen a Perpinyà, y cuando hay guerra en Francia los de Perpinyà huyen al Empordà. Además, como venden ganado van a las ferias, visitan el territorio, establecen relaciones... Por eso hay movimientos constantes. La última gran llegada de gitanos del Principat fue durante la Guerra Civil. Y estas llegadas de más gitanos del Sur permiten alimentar constantemente la cultura catalana.

Los gitanos catalanes de Francia se definen como gitanos catalanes, saben que hablan catalán, pero no saben exactamente dónde está Catalunya

¿Los gitanos catalanófonos de Francia se sienten catalanes? ¿Saben que hablan catalán?

Su identidad, su forma de estar en el mundo, es ser "gitanos catalanes". El sustantivo es gitano y el adjetivo es catalán. En Francia hay gitanos catalanes, españoles y portugueses, y no siempre se relacionan bien entre ellos. Ahora bien, hay relaciones muy diferentes con la catalanidad. Ellos se definen como gitanos catalanes, saben que hablan catalán, pero no saben exactamente dónde está Catalunya: algunos no saben si Navarra es o no es Catalunya.

¿Siguen la política catalana?

Con el procés independentista los gitanos catalanes de Francia oían por la tele que alguna cosa pasaba por Catalunya, y les preocupaba mucho. Cuando me encontraba con ellos me preguntaban sobre qué estaba pasando en Catalunya. En un bar presencié una discusión entre gitanos catalanes de Francia sobre porqué los catalanes no querían estar en España. Uno lo tenía muy claro: "¿Verdad que los gitanos catalanes no queremos vivir con los gitanos españoles, los menjatomates? Pues los catalanes tampoco quieren vivir con los españoles".

¿Y les interesa el Barça?

¡Mucho! Y no hay ninguna duda: en Francia los gitanos catalanes son del Barça y los gitanos españoles son del Madrid.

Se ha hablado mucho de la persecución en España de moriscos y judíos. ¿La persecución a los gitanos sería equiparable?

En la Corona de Aragón la persecución a los gitanos fue leve. Las Cortes continuamente dictaban leyes para prohibir la estancia en el territorio de los gitanos. Se pretendía eliminar para siempre a los gitanos expulsándolos a todos. Pero el hecho de que la prohibición se repita continuamente indica que las órdenes no se obedecían. Con la Nueva Planta las leyes cambian. Se obliga a los gitanos a hacer de campesinos y sólo se los permite sólo vivir en tres ciudades del Principado (más adelante serían 10). Ya no se les quiere expulsar, sino asimilarlos. Pero la estrategia de asimilación tampoco funcionará.

Con la Gran Redada de Gitanos del siglo XVIII se pretende su exterminio

¿La represión se endureció durante el siglo XVIII?

En 1749 se pone en marcha la Gran Redada de Gitanos. El rey de España prepara una estructura secreta que se despliega por todo el territorio, con el objetivo de capturar a todos los gitanos según un plan militar muy bien planificado. Se captura a 12.000 individuos, que se envían a presidios. Se separa a las mujeres de los hombres y se les obliga a hacer trabajos forzados. Al separarlos por sexos se pretende conseguir su exterminio. La finalidad era la solución final, el exterminio total. Estas órdenes duran 16 años hasta que finalmente se les da el indulto. Pero muchos gitanos murieron en cautividad.

¿Cuál es la situación, ahora mismo, de la comunidad gitana de Francia?

Tradicionalmente los gitanos habían trabajado con animales: eran tratantes de ganado, y esquiladores... Son trabajos que casi han desaparecido. Ahora hay los que trabajan en el comercio ambulante y también los que se dedican a la agricultura, siguiendo la temporada de la cereza, de la uva... Pero hay muchos que viven de la ayuda social; esto es una cosa que a los gitanos mayores no les gusta. Se lamentan. Presumen de que los gitanos siempre han trabajado duro. Y hay unos cuantos que tienen trabajos fijos, estables, "trabajos de payo" que les llaman. Pero a ellos no les gustan, porque no pueden coger fiesta cuando lo necesitan y no pueden gestionar su tiempo. A ellos les gusta viajar mucho, ir a visitar parientes, visitar las tumbas de sus muertos...

Que tengamos catalanohablantes fuera de nuestras fronteras, con dos dialectos nuevos, es una gran cosa

Has descubierto una comunidad catalana desconocida, pero quizás habrá gente que no estará muy contenta al descubrir que estos nuevos catalanes son gitanos. ¿Qué los diría?

En la Catalunya Nord los gitanos son los últimos colectivos que hablan catalán. Son ellos los que mantienen la lengua en el territorio. A los catalanófilos y a los catalanistas no les tendría que molestar que tengamos comunidades catalanófonas en Lyon, en Arles, en París... Que tengamos catalanohablantes fuera de nuestras fronteras con dos dialectos nuevos es una gran cosa.