Leía con interés la letra del acuerdo. De la parte publicada (¡entiendo que quien lo tenga que verificar debe tener un texto más preciso!), analizaba cómo se articulaba la nueva relación financiera entre el Estado y la Generalitat. Todo sonaba, en línea de lo que ERC ya había pactado, como un tránsito más hacia una nueva financiación para Catalunya y un encaje diferencial con el Estado: modificación de la LOFCA, una cláusula de excepción, reconocimiento de la singularidad, cesión de todos los tributos que se pagan en Catalunya…). Pero, a pesar de que lo redactado está claro por parte de Junts (la lista de cosas que dice que pedirá al nuevo gobierno que salga de la investidura), no deja de recoger un posicionamiento de parte, en el cual la otra parte firmante no se compromete efectivamente.

El texto se diluye, para poder considerar las anteriores 'aspiraciones' para un compromiso efectivo, con términos como 'si procede', 'se abordarán los contenidos a negociar', con una 'metodología de trabajo', respecto de lo que Junts 'propondrá' a la otra parte. Todo bastante inconcluso, bajo la espada de Damocles, eso sí, de las consecuencias del incumplimiento: si la otra parte no lo considera oportuno, o simplemente no escucha lo propuesto, seguro que Junts tendrá que retirar el apoyo al gobierno.

Pero esta espada, si cae, puede matar a las dos partes, con unas nuevas elecciones de futuro incierto

Pero esta espada, si cae, puede matar a las dos partes, con unas nuevas elecciones de futuro incierto. A corto plazo, es probable que en el 'mientras tanto' ERC salve el presupuesto del año que viene con la ayuda de los socialistas, pero a medio plazo, Junts sudará tinta si quiere que el pez gordo (el de la amnistía y la financiación) llegue al cesto.

Y es que a lo largo de la narrativa de estos días, y con las frases que se recogen en el texto acordado, que simplemente marcan posiciones de unos y otros, se mantienen algunas ambigüedades. Frases que permiten, sin adjetivar y motivar, dar un empuje nuevo a la locura de 'España se hunde', 'se vende a trozos' y otras falacias atribuidas al 'felón', y que desde hoy mismo volverán a incendiar las calles.

El odio que todo esto ha generado desde el inicio de la negociación supondrá, a mi entender, heridas más difíciles de cicatrizar que las personales, incluso para nuestra gente que fue a prisión o que se tiene que mantener en el exilio. El indulto es perdón, y olvido, probablemente. Pero el rencor que todo el proceso negociador ha generado, anticipando catástrofes que no parece se vayan que producir, será muy difícil de reconciliar, ya que impregnará cualquier acción del nuevo gobierno; al coste de no haber solucionado, al menos de entrada, todavía nada sustantivo.

Quizás se ha hecho todo lo que se ha sabido y podido, pero, para triunfalismos soberanistas, hará falta esperar y ver

Y, finalmente, que Junts envíe a la papelera de la historia este gobierno que parece que ahora saldrá, dependerá de que se saque adelante o no la aceptación de las declaraciones que contiene el texto acordado.  Veremos cuántas soluciones personales la amnistía propuesta resuelve efectivamente, pero garantizar el reconocimiento de la España plural, la salida de Catalunya del régimen común de financiación autonómica, el inicio de una relación más bilateral de los gobiernos o el avance hacia el pacto fiscal, tendrán que esperar, diga lo que diga ahora quien quiere enervar a las masas para hacer caer el próximo gobierno. Quizás se ha hecho todo lo que se ha sabido y podido, pero, para triunfalismos soberanistas, hará falta esperar y ver.