SoftBank ha dado por cerrado uno de los compromisos financieros más significativos del ecosistema de inteligencia artificial. El conglomerado ha completado su promesa de inversión de 34.000 millones de euros en OpenAI, la compañía creadora del revolucionario ChatGPT y otros modelos de inteligencia artificial avanzada. El pago definitivo se materializó la semana pasada. SoftBank transfirió a las arcas de OpenAI un último tramo de 18.000 millones.
Esta inyección de capital corona el acuerdo que ambas partes pactaron a principios de año y consolida a SoftBank como uno de los principales socios financieros de la empresa que lidera la carrera de la IA generativa. Esta última transferencia no es un hecho aislado, sino la pieza final de un paquete de inversiones progresivas. La historia del compromiso financiero de SoftBank con OpenAI se remonta al año pasado, cuando el grupo japonés realizó dos aportaciones preliminares: una primera de 8.500 millones de euros y una segunda de 6.800 millones. La suma de estos movimientos previos con el último pago conforma el total prometido de 34.000 millones, una cifra que refleja la confianza absoluta del fundador de SoftBank, Masayoshi Son, en el potencial transformador de OpenAI.
La noticia de la finalización de esta gran inversión coincidece con otro movimiento estratégico anunciado, también en las últimas horas, por SoftBank. El grupo ha revelado su intención de adquirir la firma de inversión y gestión de infraestructuras digitales estadounidense DigitalBridge por una cantidad cercana a los 3.400 millones de euros. Esta adquisición no es casual.
La inteligencia artificial, especialmente a la escala que pretende OpenAI, requiere una infraestructura de computación poderosa y extensa (centros de datos o redes de comunicación de alta capacidad). Con la compra de DigitalBridge, SoftBank no solo apuesta por el "cerebro" (el software de IA de OpenAI), sino que también busca controlar buena parte de las "arterias" y los "huesos" del sistema: la infraestructura física global necesaria para ejecutar y distribuir esta tecnología. Se trata de una jugada para dominar toda la cadena de valor de la IA, desde el desarrollo del algoritmo hasta el despliegue y la ejecución en el mundo real.
La confianza de SoftBank en el sector de la inteligencia artificial ya está dando retornos económicos tangibles. En su último comunicado de resultados, correspondiente al primer semestre de su año fiscal (entre abril y septiembre), el grupo anunció un beneficio neto casi triplicado en comparación con el mismo periodo del año anterior. Todo apunta a que este crecimiento espectacular está directamente impulsado por el rendimiento de sus inversiones en el sector tecnológico, con las apuestas en inteligencia artificial, y posiblemente en OpenAI, como principales motores.
Estos resultados parecen validar, por el momento, la estrategia agresiva del grupo, que está reorientando una parte significativa de su fondo Vision Fund y de su propio capital hacia lo que considera la revolución definitoria de nuestra era. En resumen, SoftBank no está simplemente invirtiendo en inteligencia artificial; está construyendo un ecosistema completo a su alrededor. Al completar la inversión récord en OpenAI y adquirir una compañía clave de infraestructuras, el gigante japonés está colocando sus piezas para intentar liderar no solo el desarrollo, sino también la arquitectura global sobre la que descansará el futuro de la IA.