Isidro Rubiales, el recién nombrado consejero delegado de Unicaja, se estrena con su plantilla con una medida que sus 7.700 trabajadores llevaban meses pidiendo, una rebaja del interés que pagan por la hipoteca. La entidad malagueña dará una tregua a sus empleados después de diez subidas de tipos y de que el euríbor haya alcanzado el 4,1% al fijar en el 1,75% el interés máximo a pagar en todos aquellos préstamos en vigor o a quien solicite uno para la compra de su vivienda habitual. Y para el resto de préstamos vinculados a vivienda, el banco también ha establecido un tope del 2,25%. En ambos casos, las rebajas se extenderán hasta diciembre de 2024.

Unicaja sale así de la lista de bancos que no había dado facilidades a la plantilla con sus hipotecas. En esta lista, de hecho, ya solo quedaban el banco andaluz y CaixaBank, pues Santander movió ficha a principio de año con las hipotecas para empleados para que estuvieran topadas en el 1,5% de manera coyuntural, este 2023. Pero la semana pasada, el banco que preside Ana Botín anunció que alargaría esta medida también hasta 2024. 

Asimismo, el pasado mes de julio BBVA llegó a un acuerdo con los sindicatos para que los empleados tuvieran un mejor precio que sus clientes, limitando al 2,20% sus hipotecas tanto de primera como de segunda vivienda. En Abanca también rebajaron el interés máximo al 1% este año. Y en Sabadell, donde los sindicatos pidieron ya el año pasado una conversión de variable a fijo, se abrieron dos ventanas para hacerlo, una en 2022 y otra este 2023.

La medida anunciada por Unicaja se ha visto como un gesto de "buena voluntad" por parte de la representación laboral. Sin embargo, los mismos denuncian que el banco no les ha dado opción de negociar y ha aplicado dicha medida de manera unilateral, algunos insisten también en que el tope debería ser del 0%.

En este sentido, Suma-T, el sindicato mayoritario de Unicaja, ha trasladado en la mesa de negociación que estas medidas son, "a todas luces, deficientes e incompletas" y ha presentado una propuesta al banco: que revise de manera integral y con carácter retroactivo desde el 1 de enero de 2023, las condiciones de tipo de interés de toda la cartera de préstamos de la plantilla.

Desde Comisiones Obreras valoran que la empresa "se haya hecho eco de parte de las exigencias de CCOO, UGT y CSIF", y como gesto "de buena voluntad" se haya comprometido a aplicar de manera inmediata una rebaja de los topes de los préstamos hipotecarios de vivienda habitual y el resto de préstamos vinculados a vivienda. Sin embargo, aunque la rebaja anunciada sea "un gesto a considerar", el sindicato considera también que "no es suficiente" y ha pedido contestación a la propuesta de aplicar el tope del 0% a todos los préstamos.

Asimismo, desde UGT también han valorado "como insuficiente" dicha oferta porque está "aún lejos" de la que le hicieron llegar al banco en ocasiones anteriores, "incluyendo medidas como la refinanciación, aumento del periodo de amortización y la aplicación de carencias", recuerdan. Todos ellos esperan poder negociar una mejora en la reunión que celebrarán cada jueves con la entidad, y donde también tienen que negociar asuntos como la homologación salarial, la reclasificación de oficinas que Unicaja realizó el año pasado, o una subida salarial.

En cuanto a CaixaBank (el banco más grande del país por empleados) sus trabajadores siguen esperando a que dé un paso al frente y aplique alguna medida pactada en línea con la de los otros bancos. A cierre del año pasado, había 30.000 empleados en la entidad catalana con préstamos, aunque en esta cifra se incluye a trabajadores que se han ido en el ERE, pero que siguen manteniendo las condiciones que tenían cuando estaban en activo. En total, el capital vivo ascendía a unos 5.000 millones de euros.