La multinacional Unilever decidió transformar la prestación de servicios legales para su organización, hasta ahora externalizados, para crear una estructura interna que resuelva los aspectos jurídicos de todo el grupo a nivel mundial. Conocido empresarialmente como Powerhouse Legal, este departamento tiene tres centros de operaciones en Viladecans (Barcelona), Ciudad de México y Bangalore (India), con un equipo de casi un centenar de personas que trabajaran de forma coordinada. El hub de Viladecans ha iniciado su labor centrándose en la incorporación de la inteligencia artificial (IA) para que la multinacional gane en eficiencia y productividad.

La responsable global de esta área, Kim Morgan-Verlaque, explica a ON ECONOMIA que en la elección de Barcelona ha sido determinante el ecosistema y el talento “diverso y cualificado” como polo de atracción que puede aportar tecnología a los procesos legales en que está inmersa la compañía en todo el mundo. Además, a esta abogada sudafricana, pero formada en Inglaterra, no se le escapa que, en nivel de honorarios, los abogados en España cobran menos que en Londres. “Somos una empresa global y los centros darán servicio indistintamente a los 166 países en los que opera la multinacional, pero desde Viladecans donde tenemos unas oficinas propias podemos profundizar en la tecnología y en los procesos abiertos en español, portugués o inglés, y más adelante incorporaremos el francés y el alemán”, ha explicado.

El Powerhouse Legal facilitará que todos los departamentos en la función legal se beneficien del apoyo global y será un proveedor de servicios administrativos, análisis de datos, cumplimiento de las normas, veracidad de datos en administración de operaciones legales, redacción de NDA (acuerdos de confidencialidad), contratos y evaluación de riesgos de privacidad de datos, entre otros. Las responsabilidades que tienen son, en mayor medida, en un 70% del volumen de trabajo, la formalización de contratos que tiene la multinacional con proveedores y clientes; y el resto de las tareas son de otras áreas del derecho. “El grupo tiene 54.000 proveedores en todo el mundo y abastece a 14.500 supermercados, siempre con la firma de un contrato que tiene que formalizarse, revisarse, anularse, prorrogarse…. Son contratos de compra de primeras materias u otros artículos necesarios como los envases para la producción de los productos Unilever o para las promociones y campañas de márquetin”, concreta.

"Investigamos el uso de la inteligencia artificial (IA) para automatizar parte del proceso, aunque el abogado siempre supervisará el trabajo. Por ejemplo, hay partes de los contratos que generalmente tienen un redactado con normas estándar y la tecnología nos puede ayudar para identificar y leer estas cláusulas y modificarlas, si es necesario, sin tener un abogado destinado a esta tarea". "La tecnología puede ayudarnos y nos permitirá ser más eficientes. El negocio puede tomar la decisión de rescindir un contrato, por ejemplo, y con inteligencia artificial se puede conocer la respuesta más adecuada", añade.

El centenar de personas en plantilla que se ha incorporado -con dos terceras partes trabajando desde Bangalore- se ampliará a medida que los abogados que operan en los diversos países ganen confianza en los servicios del centro legal “porque eso nos hará llegar más trabajo con un sistema interno que, en el fondo, debería ser más eficiente y barato para realizar todos los procesos más que mantener la externalización actual”, dice la responsable internacional. Sobre la inversión destinada a este nuevo departamento, Kim Morgan-Verlaque se limita a explicar que han reducido a la mitad el gasto que destinaban a pagar bufetes de abogados externos y que estos ahorros cubren el coste de los centros abiertos.

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Kim Morgan-Velarque, directora del área Powerhouse Legal, de Unilever. / Eva Parey

Para incrementar el número de expedientes a analizar y resolver, desde los tres centros operativos, se preguntará a las estructuras de Unilever en todos los países que identifiquen qué trabajos se pueden transferir a la Powerhouse Legal. Por ejemplo, menciona Kim Morgan-Verlaque, hay países como los Estados Unidos donde hay muchas oportunidades para transferir tareas a los hub legales.  La multinacional vende, en 190 países en el mundo, más de 400 marcas, en los segmentos de belleza y cuidado personal (Signal, Dove, Moussel), productos de limpieza para el hogar (Cif, Mimosín, Skip), alimentación (Knorr, Hellmann’s) y helados (Cate d’Or, Magnum).

Kim Morgan-Verlaque, en su visita este martes a las oficinas de Viladecans, donde trabajan unas 312 personas, ha explicado a los empleados que el Powerhouse legal representa un tercio de los aspectos legales que aborda la multinacional, otro tercio son los abogados que en cada país revisan la legalidad relacionada con las cinco divisiones de negocio que tiene el grupo, y el tercio restante son abogados especializados en áreas como el derecho a la competencia, laboral, propiedad intelectual e industrial, normativas… El Powerhouse es, con una plantilla con abogados más júniors que empiezan la profesionalización, “una apuesta para generar talento local y una oportunidad para el equipo que lo forma -unas nueve personas en Viladecans- para conocer a fondo la multinacional y desarrollar su carrera profesional en el seno del grupo”.

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Entrada a los servicios del Powerhouse Legal de Unilever, en Viladecans. / Eva Parey