L'Energètica, la empresa eléctrica pública de la Generalitat, ha hecho un paso decisivo en su corta pero intensa trayectoria al convertirse en el suministrador oficial del Ente de Abastecimiento de Aguas Ter-Llobregat (ATL). Este movimiento no solo consolida la compañía, sino que sitúa la administración autonómica en la vía rápida para alcanzar sus ambiciosos objetivos de descarbonización y soberanía energética. La firma de este contrato convierte el ATL, el organismo responsable de proveer de agua potable a 5 millones de personas (el 70% de la población catalana), en el principal cliente de L'Energètica por volumen de electricidad consumida.

El acuerdo, hecho público este lunes, implica el suministro de 345 gigavatios hora (GWh) de electricidad de origen renovable cada año a través de 242 puntos de suministro diferentes. Esta energía es la corriente que impulsa todo el ciclo integral del agua gestionado por el ATL: desde las estaciones de captación en los ríos Ter y Llobregat, pasando por las complejas plantas de potabilización que aseguran la calidad del agua, hasta los grandes depósitos de cabecera desde donde se distribuye en los municipios. En esencia, L'Energètica será la corriente eléctrica que permitirá que el agua limpia llegue a millones de hogares e industrias.

La importancia de este paso va más allá de la cifra de contrato. Simboliza la conexión directa entre dos políticas públicas fundamentales: la gestión del agua y la transición energética. "Suministrar agua potable es un proceso intensivo en energía. Hacerlo con fuentes limpias es un doble beneficio para la ciudadanía: asegura un recurso vital y lucha contra el cambio climático", podría señalar un experto en políticas ambientales. Este contrato supone un corte importante en la huella de carbono de la región metropolitana de Barcelona, equivaliendo a evitar la emisión de miles de toneladas de CO2 a la atmósfera anualmente.

La Energética, creada como eje de la política energética pública, experimenta así un crecimiento exponencial. Hasta ahora, provee electricidad verde a un total de 4.287 puntos de suministro, que incluyen todos los Departamentos de la Generalitat y una parte significativa de su sector público. No obstante, la incorporación del ATL representa un salto cuantitativo y cualitativo, ya que se trata de una infraestructura crítica y de consumo masivo. Este contrato no es un punto final, sino una pieza clave en uno quebradizo mucho más amplio. La visión estratégica de la Generalitat, con fecha de límite en el 2040, es muy ambiciosa: ampliar el suministro de L'Energètica para que abarque todos los servicios públicos esenciales de Catalunya.

Esta red de energía limpia del futuro está diseñada para incluir desde los grandes hospitales de la Red Sanitaria Pública, como el Vall d'Hebron o el Clínic, hasta las comisarías de los Mossos d'Esquadra, pasando por institutos de educación secundaria y las universidades públicas. El objetivo es crear una auténtica red eléctrica pública y verde que garantice que la actividad de las instituciones que atendían la ciudadanía sea sostenible e inmune a las fluctuaciones del mercado eléctrico privado.

La transición energética, pues, deja de ser un concepto abstracto para materializarse en hechos concretos: el agua que se bebe en los hogares de Barcelona o Girona ya no contribuye al calentamiento global gracias a la electricidad verde suministrada por una empresa pública. Un modelo que la Generalitat aspira a extender a todo el amplio mosaico de los servicios públicos en los próximos años, consolidando Catalunya como territorio puntero en la intersección entre soberanía, servicio público y sostenibilidad.