Vodafone no levanta cabeza y no tiene un rumbo claro en España a pesar de los cambios de dirección, tanto en la central británica como en la filial en Madrid. Nombrada hace solo un mes, la nueva CEO global, Margherita Della Valle, anunció hace una semana 11.000 despidos en todo el mundo y una "gestión diferente" del negocio español. ¿Qué significaba? Fuentes sindicales de la empresa consultadas por ON ECONOMIA tampoco lo saben, apuntan a que la empresa "no tiene una estrategia clara" y han pedido ya una reunión con la dirección que aclare hacia adónde va la compañía. Las mismas fuentes apuntan hacia dos únicas salidas: una venta que "no depende de la empresa, sino de que llegue una buena oferta", o bien un cambio de lógica que derivaría, una vez más, en despidos. 

Las fuentes oficiales de la empresa se niegan a detallar qué quiere decir este nuevo "enfoque" que anunció Della Valle y se limitan a resaltar que "el sector está muy mal y es extremadamente competitivo" y a apuntar al "approach estratégico" que señaló Della Valle, consolidada meses después de que fuera destituido su antecesor, Nick Reed, y ella nombrada interina. Tras el cese de Reed, llegó el turno de la sucesión en España, donde el portugués Mario Vaz fue designado consejero delegado en lugar de Colman Deegan, que fracasó en su intento de comprar MásMóvil, finalmente fusionada con Orange a la espera de que la Comisión Europea dé el visto bueno de la operación. 

Fuentes sindicales apuntan a un posible "globo sonda" o "bomba de humo" en las declaraciones de Della Valle, "anunció los 11.000 despidos para atraer a los inversores", dicen unas de estas fuentes. "Me gustaría creer que no habrá despidos, pero la experiencia me dice lo contrario", avanzan, en cambio, desde otros sectores sindicales más pesimistas. "Vamos a Expediente de Regulación de Empleo (ERE) cada dos años, y ahora parece que nos toca otro", añaden resignados, después de que en 2012 vieran cómo salían 600 compañeros, otros 1.000 en 2015, 1.000 más en 2019 y finalmente 442 en 2021. En total, cuatro ERE en diez años que han costado 3.000 puestos de trabajo, si bien la empresa se mantiene actualmente en los 4.000 empleados que ha tenido en épocas anteriores. 

La empresa, a nivel global, facturó menos el año pasado (38.203 millones de euros) que en 2021 y retrocedió un 5,4% en facturación en España (4.180 millones), el mercado peor parado, en contraste con mercados como Turquía o Egipto, donde se encuentra en crecimiento. En la Bolsa de Londres, también viene cayendo desde hace cinco años, cuando rondaba las 185 libras esterlinas por acción, por las 83 que vale actualmente. 

Castigada en el mercado

El reparto de mercado en España le ha castigado fuertemente con la irrupción de operadoras de bajo coste y las OMV, que utilizan las redes de los cuatro principales operadores para vender sus servicios. DIGI, Másmóvil y otras operadoras como Pepephone, Yoigo o Jazztel han ido robando cuota de mercado a Telefónica, Orange y Vodafone. "Pero la culpa no es solo del mercado, porque a ninguna le ha ido tan mal como a Vodafone. Somos la empresa a la que le va peor. No se han hecho bien las decisiones e inversiones", apuntan fuentes sindicales que apuntan a "la falta de una estrategia clara" en España.   

"Yo creo que los despidos iban referidos a los que ya están en marcha en Italia, Alemania y en el grupo y que en España no saben muy bien lo que hacer. Si saliera un comprador, venderían, pero ¿quién va a querer comprar la empresa?", apuntan los trabajadores, que se debaten entre la resignación y la exigencia por una explicación. "Cuando sepan qué harán, nos lo explicarán", apuntan unas fuentes, mientras que otras insisten en la importancia de una reunión urgente para conocer los planes y que se escuche a los trabajadores. "Otra cosa es que luego no nos hagan caso, pero tienen que escuchar a los trabajadores", completa una fuente sindical que lleva más de veinte años en la operadora de telecomunicaciones. "La incertidumbre es algo a lo que ya estamos acostumbrados desde que no tenemos buenos resultados, porque no tenemos una dirección capaz de llevarnos hacia allí" completan otras fuentes.

Desde el sector estatal de telecomunicaciones de Comisiones Obreras, Ramona Pineros López cree que los anuncios de la compañía tienen "tintes precipitados" y que aunque la empresa "tiene que tomar medidas si sus resultados no son los esperados", estas deberían ser mejor consensuadas. "La explicación que dan ha dado cierta tranquilidad. Van hacia un nuevo modelo de empresa que aglutine los servicios por países, creando clústeres con servicios independientes de voz y datos", apunta Pineros, algo más optimista que las fuentes sindicales de la empresa. 

Con todo, reconoce que este cambio, aún incierto, "puede afectar al empleo". "La gente está preocupada, pero llueve sobre mojado", añade Pineros, que con todo también apunta a la posibilidad de un "globo sonda" desde la empresa, ya que "estamos en un mundo volátil donde las noticias cambian de un día para otro".