Ciments Molins ha firmado una segunda modificación -novación- del plazo de vencimiento de su línea de crédito sindicada sostenible para prolongarlo hasta diciembre de 2028. Se mantiene el importe de la financiación en 300 millones de euros, repartidos entre un préstamo de 75 millones de euros y una línea de crédito de 225 millones de euros. El resto de términos y condiciones también se mantienen sin cambios y se conserva la calificación de sustainability linked loan, es decir, sus términos financieros varían en función del cumplimiento de objetivos de sostenibilidad, más concretamente a la reducción de emisiones de carbono, una de las principales acciones de la hoja de ruta de sostenibilidad de la cementera de la familia Molins. El plan de sostenibilidad tiene por objetivos reducir las emisiones de CO₂ del grupo hasta el 20% en 2030, y llegar a las cero emisiones en 2050, con relación a la base 2020. Este compromiso supondrá una aceleración en los planes de reducción de emisiones que la empresa lleva acometiendo desde 1990 y pone el foco en el objetivo estratégico de suministrar hormigón neutro en carbono en el año 2050.

En un comunicado difundido este miércoles, la compañía asegura que dispone de "una sólida situación financiera, con un múltiplo de deuda financiera neta respecto resultado de explotación (ebitda) de solo 0,1 al 30 de septiembre de 2023, con 34 millones de euros". La estrategia del grupo pasa por ir reduciendo la deuda financiera neta, un esfuerzo en el que se ha centrado este año, pasando de los 108 millones -tras disminuir un 26%- con un múltiplo de deuda financiera neta/ebitda de 0,4 veces, declarados a cierre del primer trimestre. Jorge Bonnin, director de finanzas de Ciments Molins, comenta que "con esta novación ampliamos el vencimiento de nuestra deuda y conseguimos un perfil de vencimiento más equilibrado durante los próximos años, manteniendo los términos y condiciones en un mercado volátil de altos tipos de interés. Esto, junto con la sólida situación financiera y la fuerte generación de tesorería, facilita la ejecución de nuevas oportunidades de crecimiento y de las inversiones previstas en el sustainability roadmap 2030".

El grupo fue pionero en el sector cementero español en firmar este tipo de financiación sostenible, en 2019, con el apoyo de las entidades financiadoras CaixaBank, que actúa como banco agente y coordinador de la financiación y de sostenibilidad, Banco Sabadell, BBVA, Banco Santander, HSBC, y Banca Intesa Sanpaolo. Asimismo, Sustainalytics actúa como asesor independiente para validar los objetivos de sostenibilidad. Desde su formalización, Ciments Molins ya procedió a una primera novación, en 2021, extendiendo el vencimiento en dos años, hasta diciembre 2026, y pasando a tener un límite de 300 millones de euros, repartidos entre un préstamo por importe de 75 millones de euros y una línea de crédito de 225 millones de euros; términos que ahora se han revalidado. En 2019, la financiación que se formalizó fue de un préstamo sindicado por valor de 180 millones de euros, a un plazo de cinco años.

En los nueve primeros meses del año, las ventas de Cementos Molins han ascendido a 1.079 millones de euros, un 13% superior al mismo periodo del año anterior, con incrementos en todos los negocios y la mayoría de regiones. El resultado operativo (ebitda) ha alcanzado 278 millones de euros, lo que representa un incremento del 33% respecto al mismo periodo del año anterior. Esta mejora del resultado operativo se apoya principalmente en los incrementos de volumen, el impacto positivo de los planes de eficiencia, y la mejora de precios de venta, que se ha minorado por el impacto desfavorable del tipo de cambio. El margen ebitda ha continuado creciendo por tercer trimestre consecutivo, y aumenta en 4,1 puntos porcentuales hasta el 25,8% recuperando parte de la erosión del año anterior. 
 
De enero a septiembre de 2023, el beneficio neto ha sido de 124 millones de euros, un 38% superior al del mismo periodo del año anterior, destacando el resultado de México. Este aumento es consecuencia del fuerte incremento del resultado operativo, así como por el efecto de base de la comparación con el año anterior, afectado negativamente por la desaceleración económica, fuerte inflación de costes y tensiones en la cadena de suministro.