Se ha cumplido un año desde que el Gobierno español obligó a la banca a firmar un protocolo donde se comprometieran a mejorar la atención de las personas mayores en las oficinas. El revuelo causado por Carlos San Juan, el jubilado que impulsó el movimiento “Soy mayor, no idiota” llevó a la vicepresidenta Nadia Calviño a reunir de urgencia a la banca y tomar medidas.

Entre estas medidas, la banca anunció una ampliación del horario de oficina, una mayor atención a través del canal telefónico o una mejora de los cajeros automáticos utilizando un lenguaje más sencillo e intuitivo. Pero, pasados unos meses, los clientes bancarios hicieron ver a sus bancos que había algo que les inquietaba, sus libretas de ahorros.

Según pone de relieve un informe elaborado por las patronales bancarias, “los usuarios bancarios han trasladado cierta preocupación por la posibilidad de que las libretas de ahorros se estuvieran cerrando por parte de algunas entidades”. Ante esta situación, AEB que representa a entidades como Santander, BBVA o Sabadell; CECA que agrupa a CaixaBank o Unicaja y UNACC, de la que forman parte las cajas rurales, “han constatado con sus entidades el compromiso de que todo aquel cliente de más de 65 años que disponga de una cartilla la pueda mantener”.

La banca cede y permitirá que los clientes mantengan sus libretas de ahorros, pero solo si tienen 65 años o más. Un reciente estudio, elaborado por ASUFIN, la Asociación de Usuarios Financieros, destacaba que actualmente más de un 40% de los mayores de 65 años sigue haciendo uso de ella, pero hay tres entidades donde todavía es muy popular: CaixaBank, Unicaja y Kutxabank.

En el banco catalán usan la libreta de ahorros un 74% de los mayores de 65 años, en el andaluz un 67% y en el vasco un 61%. La lista continúa porque en Ibercaja también la usan un 55% de los clientes que tienen una edad más avanzada y en el Banco Santander, un 44%. En el lado opuesto se encuentran otras seis entidades donde su uso ha caído con fuerza en los últimos años, según este estudio, porque se ha penalizado a los clientes cobrándoles por ellas o poniéndoles dificultades en los cajeros.

Entre los bancos que han puesto más restricciones y donde el uso de las libretas de ahorros ha descendido drásticamente se encuentra Abanca, el banco gallego, donde solo un 7% de los mayores declara usarla; BBVA con el 13%; Deutsche Bank que apenas concentra un 21% de mayores que hacen uso de ella; seguido por las cajas rurales, donde la cifra ha bajado al 24%; al igual que en Banco Sabadell y Cajamar, donde rozan el 25%.

Andalucía y Cataluña, donde más se usa la libreta de ahorros

Entre comunidades autónomas también hay una notable diferencia, ASUFIN pone de relieve que en Andalucía y Cataluña es donde más se siguen usando las libretas de ahorro, en la primera lo hacen un 45% de los mayores y en la segunda el 44%. En el lado opuesto se encuentra Baleares, con el 36% del total y Galicia, con casi el 30%.

Entre medias, se sitúan otras regiones como la Comunidad de Madrid o la Comunidad Valenciana, donde la usan en torno al 43% del total, seguido por Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Canarias, Ceuta y Melilla con el 40% del total. El estudio concluye que la libreta de ahorros es uno de los productos que genera mayor controversia entre los clientes bancarios, porque ayuda en la operativa de muchos mayores a la hora de gestionar sus ingresos y gastos, pudiendo acceder a ellos con su actualización sin utilizar medios digitales, pero a su vez, las entidades han puesto muchas trabajas en los últimos años.

Algo que ahora debe cambiar, pues, toda la banca se ha comprometido a seguir permitiendo su uso, si se trata de clientes mayores de 65 años. Las patronales, AEB, CECA y UNACC, se reunirán este mismo jueves con Nadia Calviño para tratar este y otros asuntos que ayuden a mejorar la relación de la banca con sus clientes.