El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, rechaza la opa hostil del BBVA al Sabadell por “el incremento en el nivel de concentración, que podría tener impacto negativo en el empleo y en la prestación de servicios financieros”. Natàlia Mas, consellera d’Economia, ha incidido también en los pocos bancos que quedan ya con potencia en Catalunya. Pero no es que queden pocos, es que el BBVA se lo ha quedado casi todo.

El banco que preside Carlos Torres ha explicado que, pese a las declaraciones de gobiernos, partidos políticos, sindicatos y patronales contra la opa hostil, espera que “se aprecien las bondades de la operación”. La compañía espera completar el proceso de compra para mediados de 2025, cuando esperan obtener los permisos necesarios de todos los organismos reguladores y de competencia. El panorama entonces será mucho más apretado dentro del sector bancario.

🔴 Opa hostil del BBVA al Banco Sabadell, DIRECTO | Reacciones y última hora

Si la operación termina cerrándose con éxito, el BBVA habrá absorbido 8 de las 11 entidades que conformaban el mapa bancario catalán previo a la crisis financiera de 2008. Por aquel entonces, Catalunya contaba con 10 cajas de ahorro y un banco, así como otras cajas vinculadas a profesionales, como los arquitectos o los ingenieros. También existían las cooperativas de crédito, aunque su papel no era muy reconocido dentro del sector bancario.

Así, 16 años después, la única caja que queda en Catalunya es la Caja de Ingenieros, que, si BBVA absorbe el Sabadell, será la segunda mayor entidad financiera solo por detrás de Caixabank, que si  bien cuenta con su sede social en Valencia, mantiene buena parte de la operativa en las torres negras de la Diagonal de Barcelona. Además de la crisis, las exigencias del Banco Central Europeo (BCE) y los planes de crecimiento de las grandes entidades que dominan las finanzas han reconfigurado el panorama bancario.

Un proceso que, si se consuma la opa sobre Sabadell, habrá desembocado en la concentración de la banca catalana en dos manos. Además, de las 11 entidades que existían, 8 habrán acabado bajo la marca BBVA, cuyo centro de decisión se sitúa en Madrid. 

El proceso de desaparición de las cajas

Por el camino, La Caixa d'Estalvis i Pensions (La Caixa) ha pasado a ser Caixabank y el resto de cajas ya no existen: Caixa Catalunya, Caixa Tarragona, Caixa Girona, Caixa Manresa, Caixa Manlleu, Caixa Penedès, Caixa Laietana, Caixa Terrassa y Caixa Sabadell.

La crisis financiera agitó el avispero y las cajas tuvieron un doble problema. Por un lado, el BCE forzó su desaparición, mientras que muchas de ellas se enfrentaban a graves problemas por poder hacer frente a la subida de la morosidad, por la sobreexposición a perfiles de clientes poco solventes o muy sensibles a la recesión y por el volumen, puesto que eran muy pequeñas. Esto supuso un lastre que no pudieron quitarse de encima. 

Como respuesta, el Estado creó el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), destinando más de 120.000 millones a rescatar el sector financiero español. Promoviendo fusiones entre las cajas, consiguió que se formara CatalunyaCaixa, unión de Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Manresa, que nació en julio de 2010 con el FROB como principal accionista.

Más tarde, en julio de 2011, nacía Unnim como resultado de la fusión de Caixa Sabadell, Caixa Terrassa y Caixa Manlleu, con el FROB al frente de la operación. No obstante, la nueva entidad no aguantó ni dos años de vida, pues el Estado no quería tener ese peso accionarial y les buscó comprador a ambas entidades, que resultó ser el mismo: BBVA.

El banco de origen vasco, resultado de la absorción por parte del Banco Bilbao del Banco de Vizcaya y de Argentaria, completó la adquisición de Unnim en 2013. Solo dos años más tarde, se hizo con Catalunya Banc, que había cambiado su nombre al pasar de caja a banco. De este modo, BBVA se quedó con seis de las diez cajas catalanas por un precio atractivo: más 1.100 millones por Catalunya Banc y 1 euro por Unnim, pero con la inyección de 953 millones por parte del FROB.

Si bien es cierto que tuvo que desembolsar miles de millones para reestructurarlas, el sector se cubrió las espaldas y negoció el Esquema de Protección de Activos (EPA), instrumento mediante el cual pasaban factura anual al Estado de las pérdidas que los causaban los activos inmobiliarios de las entidades que se quedaban.

En cuanto a Caixa Penedès, se enroló en Banco Mare Nostrum (BMN), también bajo control del FROB, con cajas como las de Murcia, Granada y la mallorquina Sa Nostra. Pero a finales de 2012, el Sabadell se quedó el negocio de BMN en Catalunya, por lo que acabó volviendo a manos catalanas. Unos años más tarde, el FROB fusionó Bankia y lo que quedaba de BMN.

De completarse la opa sobre el Sabadell, se sumarían así a la lista de entidades que han acabado en manos del BBVA, cerrando aún más el círculo de poder financiero en el Estado y confirmando la casi desaparición del sector bancario en Catalunya.