La industria turística española está preocupada por la merma de competitividad que acarrea las demoras y la burocracia para obtener un visado que permita viajar a España, especialmente desde países asiáticos emisores de turistas de larga distancia, en especial China. Para evitarlo, pide reformas y una mayor dotación de recursos personales y técnicos para equipararse con otros países comunitarios. Ésta es una de las propuestas que el Consejo de Turismo de CEOE hará llegar a partir de hoy a todos los partidos políticos de cara a las elecciones generales del 23-J.

Inmaculado Benito, directora de Turismo, Cultura y Deporte de CEOE, ha explicado este jueves que las propuestas del sector turístico -que aporta el 15% del PIB en España- se agrupan en cinco bloques. En el dedicado a la conectividad y movilidad se incluye la reforma del trámite de visados con “mercados estratégicos de larga distancia”. Juan Cierco, presidente del Consejo de Turismo de CEOE, critica que los consulados españoles tarden cuatro o cinco veces más tiempo que los franceses en emitir un visado a residentes en China y recuerda que estos turistas vienen a Europa para pasar más tiempo y les da lo mismo entrar por un país que por otro. En este sentido, España está perdiendo una oportunidad de atraerlos, pues mientras algunos países tardan días o incluso horas en conceder el visado, España puede demorarse semanas.

Falta de recursos 

El sector turístico español considera que no se trata de un problema normativo, sino de escasez de recursos económicos y materiales en los consulados españoles en estos países donde, incluso, se subcontratan empresas para agilizar los procesos que no han resuelto el problema. Es, pues, un problema de fácil resolución, aunque también existen impedimentos burocráticos, como la exigencia de los consulados de que el visado se recoja en persona para comprobar la identidad de los titulares. Algo, que en opinión del presidente del Consejo de la CEOE, supone un serio hándicap en un país tan grande como China. En contraposición, Benito ha resaltado que Arabia Saudí acaba de aprobar la emisión de visados al momento a través de internet.

Estos turistas de larga distancia, que suponen un nicho muy codiciado por su alto poder adquisitivo y el gasto medio que realizan, eligen sus destinos en base a tres parámetros: una conectividad con vuelos sin escalas, la facilidad en la obtención de los visados y una promoción del destino turístico en sus países. Sin embargo, en opinión de Cierco, que trabaja en Iberia, es una pescadilla que se muerde la cola, pues la falta de turistas hace que las compañías aéreas no eleven las frecuencia con estos destinos, pero la menor oferta de asientos hace que vengan menos turistas. Como ejemplo, señala que solo el 5% de los asientos del aeropuerto de Madrid y el 6% en Barcelona proceden de Asia, mientras que en Francia es el 25% y en Alemania el 30%. Aunque es cierto que España ha dado prioridad a Latinoamérica en su oferta de larga distancia.

Para paliar la falta de promoción, el Consejo de Turismo de la CEOE solicitará al nuevo Gobierno que “reinvente” Turespaña con el objetivo de “crear un organismo moderno adecuado a las necesidades del mercado para la promoción de España en el exterior”. Entre las reformas que debe afrontar, la industria turística española considera necesario la reubicación de las actuales oficinas de Turespaña, pues en su opinión no tiene sentido tener presencia en países comunitarios donde España es un destino sobradamente conocido y no estar o tener una presencia limitada en estos destinos de larga distancia. Aumentar la entrada de estos turistas contribuiría, además, a romper la estacionalidad del turismo español, pues viajan a lo largo de todo el año.

Aunque también piden cambios normativos. Como medida previa, la industria solicita que el próximo Gobierno realice una “auditoria de la regulación sectorial (subsector por subsector) a la que están sometidas las empresas turísticas desde sus diferentes ámbitos de actuación” con el fin de elaborar un plan de adaptación normativa para el complimiento de la “unidad de mercado”. Desde el sector se quejan de la dispersión jurídica tanto a nivel autonómico como local a la quue se enfrentan las empresas turísticas españolas. E incluso van más lejos. Pretenden que en un futuro, las leyes que se vayan aprobando en cualquier nivel de la administración (estatal, autonómico y local) incluyan en su Memoria económica un análisis del coste-beneficio que cada norma acarree no solo al sector turístico, sino a cualquier sector económico. También en el plano normativo, la industria española pide la aprobación de una Ley de Turismo que sirva de marco para el conjunto de España, a lo que se oponen desde las comunidades autónomas.

Viviendas para el personal

Sobre las dificultades para reclutar trabajadores y retenerlos, el Consejo de Turismo solicita medidas formativas, de promoción para hacer atractivo el sector a muchos trabajadores, pero también algunas que ayuden a paliar la escasez de viviendas en los destinos más turísticos que impiden la movilidad de trabajadores desde otras zonas de España. Entre ellas, la patronal pide que se adapte la normativa española a la comunitaria de las Viviendas de Uso Turístico, pues en zonas más tensionadas existen problemas de viviendas residenciales que podrían usar los trabajadores por el destino turístico que se da al parque inmobiliario.