El alquiler de vivienda se come cada vez más parte de los sueldos catalanes. Es una tendencia que se mantiene al menos desde el año 2000, según las cifras analizadas por la Cambra de Comerç de Barcelona para su último informe La accesibilidad a la vivienda en Catalunya. En él se muestra con datos de la Generalitat de Catalunya y el Instituto Nacional de Estadística (INE) cómo el gasto en alquiler ha pasado de ser de media el 14,6% de la renta familiar disponible en 2001, al 22,5%. Pero la diferencia entre diferentes territorios es aguda y llega a ser del doble: si en la Terra Alta se destina el 10,7% del sueldo al alquiler, en el Barcelonès alcanza el 25%. 

Las cifras cuentan el porcentaje de renta familiar disponible bruta en cada territorio con relación al promedio de precios de viviendas en alquiler. Pero si atendemos a las rentas más bajas, a la población más joven y, sobre todo, a las rentas más bajas con solo un sueldo y uno o varios menores a cargo, la asfixia económica para pagar el alquiler se dispara. Así, un 20,7% de la población española que vive de alquiler tenía que gastar en 2020 más del 40% de su renta disponible para pagar al alquiler. O sea, que 2 de cada 10 personas dedican poco menos que la mitad de sus ingresos.

Teniendo en cuenta que el sueldo medio de los residentes de Barcelona era de 15.000 euros entre los menores de 24 años (unos 1.000 euros al mes netos), el alquiler actual está en un máximo histórico de 1.100 euros y el de habitación en 600 euros, la realidad es aún más dura de lo que muestra la estadística de la Cambra para los más jóvenes. 

En cualquier caso, el mapa del esfuerzo económico del alquiler por comarcas muestra cómo en la Costa Brava y en las más cercanas a Barcelona se dispara. Así, mientras que el Barcelonès lidera el esfuerzo con el 25%, el Garraf es la segunda comarca con mayor tasa de esfuerzo, de un 24,8%, seguida muy del Baix Llobregat (22,9%), el Baix Empordà (22,7%) y el Maresme, donde el esfuerzo alcanza el 22,4%. Aún por encima del 20% del sueldo dedican los vecinos de la Cerdanya (21,8%), el Vallès Occidental (21,5%), Baix Penedès (21,1%), Gironès (20,7%) y Vallès Oriental, un 20,5%. A punto se quedan el Tarragonès, donde los vecinos dedican el 19,9% del sueldo al alquiler, y la Selva, con el 19,6%. 

 

En la otra cara de la moneda, hay comarcas donde el esfuerzo para pagar un alquiler no llega al 15%. En la Terra Alta, gastando un 10,7% del sueldo, puedes pagar el alquiler, mientras que en el Alta Ribagorça es necesario un 11,9%, en el Berguedà o en Ribera d'Ebre basta con un 12,5% y en el Pallars Jussà un 12,6%. El Ripollès (13,5%), la Segarra (13,7%), el Solsonès y la Noguera (13,8%), el Urgell (14%) y las Garrigues (14,6%) son otras de las comarcas donde se puede pagar un alquiler con menos de un 15% de la renta familiar disponible. 

Aparte de las comarcas, la Cambra también detalla los municipios de más de 70.000 habitantes en términos de esfuerzo para pagar el alquiler.  Entre ellos destacan dos ciudades donde se dedica más porcentaje del sueldo al alquiler que en Barcelona. Son Sant Cugat, con un 26% y 5 puntos más que en 2015, y Badalona, donde el alquiler cuesta un 25,3% de la renta media disponible, un 7% más que en 2015. La capital catalana se sitúa en tercer lugar, con un 24,6% de tasa de esfuerzo (los sueldos medios son más elevados que en Badalona) y L'Hospitalet de Llobregat en cuarta, con un 24,2% de ingresos que se van al alquiler. 

 

 

 

 

En cambio, en Manresa el alquiler se come tan solo un 15,7% del sueldo, ciudad con menor tasa de las mayores de 70.000 habitantes por detrás de Lleida, donde un 16,1% de las rentas se van al alquiler. Reus (17,9%), Tarragona (19%) y Terrassa (con un 19,7%) son las otras localidades con mayor población donde con menos del 20% te puedes pagar el alquiler.

La media catalana se situaba en junio de 2023 en el 22,5%, casi un punto más que el año anterior, cuando fue del 21,8%, y 8 puntos por encima que a comienzos de siglo, pues en 2001 tan solo un 14,6% del sueldo se iba en pagar el alquiler.

El esfuerzo hipotecario, más desigual

Las hipotecas se llevan algo más de sueldo y alcanzan un 24,6%, pero en este caso no es la cifra más elevada de los últimos años y ha ido subiendo y bajando desde principios de siglo. Se trata de una variable que no solo cambia con los precios de venta, sino también con las subidas y bajadas de tipos de interés. Su evolución no ha sido nada lineal desde el año 2000, cuando el esfuerzo era del 23% de la renta familiar disponible. 2021 fue el año con menor esfuerzo salarial en compraventa, con un 19,8% del salario dedicado a ello. 

Por municipios de más de 70.000 habitantes, en Barcelona la compraventa se come el 39,1% de la renta familiar, más que en Sant Cugat, donde lo hace un 37,8%. En la cola de esfuerzo salarial se encuentran Manresa, con un 12% del sueldo, y Lleida, con un 15,2% y Reus, un 16,5%. 

En cuanto a comarcas, las diferencias son aún más amplias en compraventa que en alquiler. Así, la comarca con menor esfuerzo en compraventa es las Garrigues, en Lleida, con un 8,8%, lo cual es 4,7 veces menos esfuerzo que el que se necesita en la Cerdanya, con un 42,1% de la renta familiar disponible. En el Barcelonès es necesario un 36% del sueldo para pagar una hipoteca, más que en el Garraf (37%), el Baix Empordà (34,5%) o el Baix Llobregat (31%).

Entre las comarcas menos costosas, con más esfuerzo que en Garrigues, encontramos la Conca de Barberà con un 10,3%, l'Urgell con un 10,9% o la Segarra con un 11%, y por último, el Pallars Jussà o al Pla d'Urgell con un 11,6%.