La industria de cruceros ha superado las expectativas, con más de 12 millones pasajeros que llegaron a puertos españoles, en 2023, y ha doblado la cifra de 8,17 millones registrados en 2022 y superado los 10,66 millones de 2019, que ya se consideró un año récord. La masiva llegada de viajeros en crucero ha tenido un impacto económico cifrado en 9.500 millones de euros el pasado año, según los datos de la consultora internacional Ocean Capital Partners, con sede en Madrid, especializada en el sector portuario. 

Los expertos apuntan como perspectiva que la demanda de cruceros mantendrá una tendencia creciente a lo largo de los próximos años y para ello se pondrán en funcionamiento nuevos barcos, la mayoría de ellos más sostenibles. En este sentido, desde Ocean Capital Partners aseguran que la transición energética llevará aparejada una inversión en la red de puertos españoles de más de 4.500 millones de euros. Es fundamental para el sector que las infraestructuras portuarias construyan nuevas instalaciones que posibiliten la conexión eléctrica de los buques y, a poder ser, que se trate de energía renovable. Pero ello, según los expertos consultados, implica enfrentarse a una serie de dificultades adicionales, como la debilidad de la red eléctrica en la última milla portuaria o la determinación de la potencia adecuada según el tipo de embarcación. En el caso de los cruceros, es necesario considerar que se requieren entre 10 y 20 MW de capacidad.

La sostenibilidad, entre los requisitos

La tendencia en el sector es dar cada vez mejores y más completos servicios a los usuarios y atender a los criterios de sostenibilidad, un requisito que los pasajeros también valoran en el momento de hacer sus reservas. Por ello, una oferta de viajes a precio cerrado o el completo catálogo de servicios a bordo podrían estar entre las razones de la explosión de esta industria, según explican a Europa Press fuentes de Ocean Capital Partners.

No obstante, desde la consultora alertan de los desafíos que tendrá que afrontar el sector durante los próximos años, especialmente en los relacionados con la sostenibilidad. La industria tiene ante sí el reto de cumplir con Bruselas: se deben reducir las emisiones de CO₂ en un 40% para el año 2030 y las grandes embarcaciones deben reducir en un 80% de forma progresiva las emisiones de gases de efecto invernadero desde 2025 a 2050. Actualmente, las grandes navieras están renovando su flota y fabricando los barcos del futuro, mucho más respetuosos con el medio marino. 

Los nuevos desafíos medioambientales a los que se enfrentan los puertos y el sector de los cruceros se están abordando mediante iniciativas como la electrificación de puertos y buques, la utilización de combustibles alternativos, como el GNL, los avances en la digitalización e innovación, así como la integración entre puerto y ciudad. Solo este 2024, está prevista la entrega de otros 14 nuevos buques, seis de ellos se moverán con gas natural licuado (GNL), según datos de la consultora.

El reto de la masificación

Además de cumplir con los requisitos medioambientales, el sector turístico debe comprometerse, según los expertos, en garantizar la sostenibilidad turística, "un desafío que se torna especialmente apremiante debido a las crecientes críticas sobre la masificación generada por los cruceros en las ciudades de escala". Por ello, se considera "crucial" que la industria siga exponiendo las bondades de esta modalidad vacacional, con el objetivo de compensar las críticas que se reciban en relación con la masificación. También se considera imprescindible buscar alternativas que permitan un afloramiento de la industria sostenible desde el punto de vista social.

"Es importante tener en cuenta que tanto los desafíos medioambientales, como aquellos relacionados con asegurar un turismo sostenible en las ciudades, están vinculados al gran reto de esta industria: mantener la velocidad de crucero y seguir sumando viajeros. Para lograrlo, sería fundamental atraer a las generaciones jóvenes a esta modalidad turística, al tiempo que se garantice la sostenibilidad y rentabilidad económica", concluye el informe.