El mercado bursátil español ha iniciado la sesión de este viernes con una subida del 0,26%, situando el Ibex-35 en los 16.789,5 puntos. Esta cifra representa un nuevo máximo histórico en la apertura, consolidando una tendencia alcista sostenida que ha caracterizado las últimas semanas. El aumento acumulado durante el año actual alcanza ya el 44,74%, una cifra que refleja un comportamiento excepcionalmente fuerte del mercado de valores español en comparación con ejercicios anteriores.
La jornada bursátil de hoy se desarrolla en un marco de atención a los indicadores económicos norteamericanos, concretamente al índice de precios de gastos de consumo personal (PCE), que se publicará hoy. Este indicador es considerado por la Reserva Federal como la métrica más relevante para evaluar la inflación subyacente, y, por tanto, tiene la capacidad de influir en las decisiones de política monetaria del organismo. Las expectativas de los inversores están puestas en este dato para confirmar o no el escenario de inflación controlada que ha permitido el reciente optimismo de los mercados.
Este nuevo récord en la apertura llega después de que, en la sesión del jueves, el Ibex-35 estableciera ya un nuevo máximo histórico de cierre, situándose por encima de los 16.746,6 puntos tras revalorizarse un 0,97%. Aquella sesión estuvo marcada por un optimismo generalizado a escala global, alimentado por las expectativas crecientes de que la Reserva Federal iniciará un ciclo de bajadas de los tipos de interés a partir de la próxima semana. Esta expectativa ha aliviado la presión sobre las valoraciones y ha impulsado la demanda de activos de riesgo. Durante la sesión anterior, la subida estuvo extendida a la mayoría de los valores, con sectores como el financiero y el energético mostrando especial fortaleza. La banca española, sensible a los movimientos de los tipos de interés, se ha visto particularmente beneficiada por el cambio de expectativas. Las empresas vinculadas al consumo y al sector industrial también han contribuido a la subida, en una señal de que los inversores anticipan un entorno económico favorable para las rentas empresariales.
A corto plazo, la evolución del mercado depende en gran medida de la confirmación de las expectativas actuales. La publicación del índice en Estados Unidos podría generar volatilidad si se aleja significativamente de las previsiones. Paralelamente, los inversores continúan evaluando el estado de la economía española, con indicadores como la evolución del PIB, la tasa de paro y la confianza de los consumidores, que también influyen en la percepción sobre las empresas que componen el índice selectivo.
Aunque el ambiente general es de optimismo, los analistas recuerdan que los mercados en máximos históricos pueden ser especialmente sensibles a noticias negativas o a cambios súbitos en el discurso de los bancos centrales. Cualquier señal que cuestione el ritmo o la profundidad de las bajadas de tipos podría desencadenar ajustes. No obstante, la robustez de los resultados empresariales, especialmente en sectores clave de la economía española, ofrece un fundamento sólido para las valoraciones actuales. La próxima decisión de la Reserva Federal será, sin duda, un punto de inflexión para la continuidad de esta tendencia alcista.