El Ibex-35 ha cerrado la última sesión de la semana con un ligero descenso del 0,17%, una corrección técnica que refleja un cambio de tendencia en el conjunto de los mercados europeos. Este descenso, aunque moderado, ha impedido que el Ibex-35 pudiera consolidar los nuevos récords alcanzados durante la misma jornada. El índice llegó a marcar su máximo histórico con 17.032,5 puntos, pero finalmente cedió 28,6 puntos para situarse en los 16.854,4 puntos al cierre. Esta pérdida se contextualiza, sin embargo, dentro de un marcado recorrido alcista.

Se trata de una fase de consolidación y beneficios, un movimiento habitual tras un periodo de apreciación continuada, donde los inversores venden para asegurar ganancias antes del fin de semana. Esta dinámica ha sido especialmente notable en el sector financiero, que ha actuado como el gran penalizador de la sesión. A pesar del retroceso puntual, la perspectiva de fondo para el selectivo español sigue siendo robusta. El Ibex-35 acumula una subida acumulada de la semana del 0,99%, la tercera consecutiva en territorio positivo. Pero lo que resulta más relevante es su evolución anual, que supera ya el 45% de rentabilidad acumulada, un porcentaje que lo sitúa como uno de los índices más exitosos del continente europeo durante el ejercicio actual.

El principal motor de la corrección ha sido, sin duda, la debilidad del sector bancario. Los principales valores financieros han registrado descensos notables, arrastrando una media sectorial a la baja del 1,5%. Esta presión doméstica se ha visto amplificada por un contexto internacional menos favorable. Desde Estados Unidos, las bolsas han transmitido una señal de cautela, con índices como el S&P 500 cediendo más de un 0,5% durante la sesión europea. La publicación de resultados corporativos de grandes compañías tecnológicas, como Broadcom, ha sido una de las causas citadas para este cambio de tono, que ha acabado por contagiar a la mayoría de plazas europeas y ha privado a la bolsa española del apoyo necesario para mantenerse en los nuevos niveles récord. A la vez, el mercado de materias primas también ha mostrado signos de tensión, con el crudo Brent, referencia para Europa, retrocediendo un 0,49% hasta los 60,98 dólares por barril, un factor que también ha pesado sobre las empresas del sector energético.

Entre los valores individuales, la jornada ha estado marcada por movimientos divergentes. La banca ha protagonizado las pérdidas más significativas. El Banco Santander ha sido uno de los valores más castigados, con una caída del 1,49%, una cifra que lo ha situado como el tercer peor componente del selectivo durante la sesión. El BBVA ha seguido esta tendencia a la baja, con un retroceso del 1,03%, una pérdida igualada por Repsol, que se ha visto afectada por la caída del precio del petróleo. En el lado opuesto, algunos valores han conseguido desmarcarse del tono general negativo. Inditex ha destacado con un incremento del 1,23%, convirtiéndose en la quinta empresa que más ha ganado dentro del índice.

Este incremento ha venido acompañado por progresiones en valores considerados más defensivos y con rendimiento por dividendo atractivo, como Telefónica, que ha subido un 1,14%, e Iberdrola, que ha mejorado un 0,96%. En resumen, la sesión del viernes en la bolsa española refleja un ajuste saludable en un mercado que mantiene una tendencia de fondo bastante optimista. Los inversores aprovechan niveles cercanos a los máximos para reajustar posiciones, mientras siguen con atención la evolución de los resultados empresariales a escala global y la dirección que toman las bolsas internacionales, factores clave para determinar la próxima fase del mercado.