El mes de junio se dará el pistoletazo de salida definitivo a la construcción del nuevo recinto de Fira de Barcelona, en l'Hospitalet de Llobregat, con el inicio de la cimentación de la edificación que ha diseñado el arquitecto japonés Toyo Ito. Con un ligero retraso sobre las fechas previstas, actualmente están finalizando los trabajos de derribo de las naves que la empresa Porcelanosa tenía en el terreno que se destinará al nuevo pabellón ferial, bautizado como pabellón 0. Se trata de una superficie bruta de 60.000 metros cuadrados que transformará el recinto ferial de Gran Vía en uno de los más extensos de Europa: 300.000 metros cuadrados. "La ampliación consolidará el proyecto de éxito que es Fira de Barcelona", ha manifestado este jueves el director general de la institución, Constantí Serrallonga, "porque nos permitirá dar respuesta a las necesidades de crecimiento de los salones feriales que han confiado en nosotros y aprovechar las oportunidades que están surgiendo en el mercado ferial internacional", que son muchas y dinámicas.

Serrallonga ha recordado que la rentabilidad de la inversión de 201 millones de euros, para una ampliación que tendría que estar finalizada en el 2026, se obtendrá prácticamente en solo dos años. Los estudios sobre el impacto económico de la nueva infraestructura así lo manifiestan. Un estudio del Instituto de Economía de Barcelona (IEB) de la Universidad de Barcelona, prevé que el impacto económico anual sea de 675 millones de euros, teniendo en cuenta los efectos directos, indirectas e inducidos. También generará un valor añadido bruto (VAB) de la economía catalana que se estima en 316 millones de euros anuales por término medio. Además, se prevé la creación de 5.048 puestos de trabajo (jornada completa) al año, 163 millones de euros anuales en concepto de sueldos y salarios y una recaudación fiscal de 129 millones por término medio anual por el erario público. El proyecto se financiará a través de la sociedad instrumental Fira 2000, participada en un 50% por la Generalitat de Catalunya, además de los Ayuntamientos de l'Hospitalet y Barcelona, la Diputación de Barcelona, el Área Metropolitana y la Cambra de Comerç de Barcelona.

En un encuentro con los empresarios de la Asociación Empresarial de l'Hospitalet y el Baix Llobregat (AEBALL), el director general de la institución ha determinado que lo que da valor a la labor de Fira de Barcelona versus sus clientes es "la excelencia, el compromiso, la fiabilidad y la profesionalidad". Con respecto al complejo resultante de la ampliación, en tanto que el nuevo recinto enlazará con el espacio principal de Gran Vía mediante un paso elevado, Serrallonga ha destacado que consolidará una de las principales características versus otras ferias europeas: su conexión y proximidad con el entorno urbano y el espíritu de acogida que rezuma la ciudad de Barcelona.

Para Constantí Serrallonga, el modelo de gobernanza público-privada de la institución también es uno de sus principales valores. En este sentido, ha rehuido pronunciarse sobre el reciente nombramiento del nuevo director general de Fira 2000, David Poudevida, no exento de polémica. Con respecto a este tema, el primer teniente de alcalde de l'Hospitalet de Llobregat, Fran Belver, ha opinado que "Fira de Barcelona es un proyecto de país y un proyecto común de todas las partes que quieren el éxito de la institución y que, por lo tanto, saben disgregar qué es relevante y qué es accesorio, porque todos estamos comprometidos".