Esta semana se ha celebrado la cumbre de la OTAN en España. Las conclusiones de este encuentro demuestran que el mundo está ahora más dividido que hace unos años, cuando en 2010, momento en el que se firmó la última hoja de ruta para la Alianza, a Rusia se le consideraba un socio. Ahora se le considera un enemigo, al igual que a China, que si bien se le deja una puerta abierta, se le pone también en el punto de mira. Mientras los BRICS van sumando a nuevos miembros, la OTAN intenta también expandirse, pero por el momento ni Suecia ni Finlandia han pasado a formar parte. Turquía ha puesto sobre la mesa sus exigencias, y desde su punto de vista, el camino por recorrer para estas nuevas incorporaciones será largo. Un mundo polarizado, cada vez más dividido, donde Europa se debilita.