Las grandes compañías tecnológicas que dominan Internet son las que también están poniendo toda la carne en el asador para conseguir la inteligencia artificial más potente y versátil. Aparte de OpenAI con ChatGPT, que pretende cambiar para siempre la manera en que buscamos información en la red, Google cuenta con Gemini, Microsoft dispone de Copilot y Meta tiene sus modelos Llama.
La empresa de Mark Zuckerberg no quiere conformarse únicamente con tener en su cartera algunas de las redes sociales más utilizadas en todo el mundo (Facebook, Instagram y WhatsApp, si podemos considerar a la app de mensajería instantánea una red social), sino que su objetivo, además de implementar la IA en todos sus servicios, es encontrar la «superinteligencia».
Para ello, Meta ha desarrollado planes para crear un nuevo laboratorio de investigación en inteligencia artificial. Ya tiene a un fichaje estrella, Alexandr Wang, de 28 años, fundador y director ejecutivo de Scale AI, para unirse al laboratorio como parte de una organización más amplia de las iniciativas de IA de Meta bajo la dirección de Zuckerberg.
Meta quiere atraer talento de OpenAI y Google con grandes paquetes de compensación
A menudo, el objetivo de las empresas que se encargan de desarrollar la inteligencia artificial buscan crear una inteligencia artificial general (AGI, por sus siglas en inglés), que es un tipo de IA con la capacidad de comprender, aprender y aplicar conocimientos en una amplia gama de tareas, similar a como lo hace un ser humano. No está limitada a labores específicas, como los actuales agentes de IA, sino que puede adaptarse y aprender en diferentes contextos.
Sin embargo, la superinteligencia es un concepto que se refiere a un sistema de IA hipotético que superaría las capacidades cognitivas humanas, yendo un paso más allá de la AGI: desde un mayor razonamiento lógico y matemático hasta mejores habilidades sociales, creatividad, resolución de problemas y toma de decisiones estratégicas.
Si existiera una superinteligencia, esta podría resolver problemas técnicos, sociales y económicos que hoy nos resultan imposibles. No obstante, si sus objetivos no están alineados con los valores humanos, sus actos o decisiones podrían tener consecuencias catastróficas para la humanidad, pues sería capaz de alterar las estructuras de poder y empleo a nivel global.
El nuevo laboratorio que planea Meta representa su esfuerzo por mantenerse competitivo en la cada vez más competitiva carrera de la inteligencia artificial, donde los grandes actores de la industria invierten cientos de millones de dólares (por no decir miles o cientos de miles de millones) para investigación y captar talento. Según el New York Times, Meta habría ofrecido paquetes de compensación de entre siete y nueve cifras a docenas de investigadores de OpenAI y Google, entre otras empresas; algunos de ellos habrían aceptado unirse.