Tras la resaca de la Barcelona Games World y la asistencia de más de 120.000 visitantes al evento, queda claro que la afición a los videojuegos está en su punto más álgido. Las ventas crecieron cerca de un 9% el año pasado, según los datos de la Asociación Española de Videojuegos, y el hecho de que canales de YouTube o Twitch donde se retransmite contenido de este tipo de ocio tengan más visitas que la mayoría de programas de televisión del país dice mucho de lo que mueve esta industria. Por ello, las dos compañías que lideran el mundillo, Sony y Microsoft, son conscientes de que pueden sacar mayor tajada de su clientela.

Históricamente, las consolas han tenido una vida generacional. PlayStation 3, que forma parte de la llamada old-gen, tuvo un ciclo de vida de unos 8 años hasta la salida de la PlayStation 4. Esta última, con un precio de salida de 400 euros, apuntaba a ofrecer un periodo de amortización similar al de su antecesora pero, tal y como sucede hoy en día en el mercado de la telefonía móvil, en Sony han visto una oportunidad para dejar en un segundo plano a su máquina, sin que esta llegue a los tres años de vida, para darle paso a una nueva versión de la misma. El resultado: PlayStation 4 Pro, una revisión del modelo original con la posibilidad de mover juegos a mayor resolución (ultra alta definición 4K), tecnología HDR y mayor estabilidad en la jugabilidad que verá la luz el próximo 10 de noviembre al mismo precio que tuvo se hermana menor, 400 euros.

Si en Apple o Samsung están acostumbrados a ver a sus clientes gastarse más de 600 euros cada dos años para comprarse el nuevo iPhone o Galaxy de turno, desde Sony han querido imitar la jugada para no tener que esperar unos cuantos años más para jubilar a su consola actual y lanzar PlayStation 5. Desde la compañía japonesa se ha prometido que esta versión Premium o 4.5 no dividirá a la comunidad de jugadores y que tanto los que tengan la PlayStation 4 original como la nueva Pro podrán compartir catálogo de juegos y servicios online. 

Microsoft, rival directo de Sony en la industria de los videojuegos, decidió sumarse a esta tendencia anunciando en el pasado E3 de Los Ángeles su proyecto Scorpio, en el que definieron a esta nueva máquina como la consola más potente del mundo y que estará en las tiendas en Navidades de 2017. Se tratará de un modelo rediseñado de la actual Xbox One, con un hardware muy superior al de la PlayStation 4 Pro que está a punto de lanzar Sony y con la que la empresa norteamericana quiere dar un golpe encima de la mesa tras haber ido muy por detrás en ventas durante esta generación respecto a su competidor directo. La por ahora llamada Xbox Scorpio, a falta de saber cual será su nombre definitivo, “se sentirá como un producto Premium”, según las declaraciones del directivo de Xbox, Phil Spencer, al medio NZ Gamer. 

Los motivos del lanzamiento de las nuevas consolas

Más allá de la obvia voluntad de ganar más dinero, Sony y Microsoft se han visto muy castigadas por la potencia de los ordenadores. La tecnología avanza a una velocidad de vértigo hoy en día, y en cuanto a industria de videojuegos se refiere, no hay máquina más potente y que ofrezca novedades tecnológicas más deprisa que el PC. Un ordenador con las piezas adecuadas y una tarjeta gráfica de calidad puede hacer que cualquier juego luzca mucho más realista y espectacular que cualquier PlayStation o Xbox. La razón es que a un ordenador se le pueden añadir mejoras cuando al usuario le plazca, mientras que en consolas todo el hardware es el mismo durante toda su vida. Esto provoca que un ordenador pueda estar siempre a la vanguardia mientras que una PlayStation o una Xbox se queda obsoleta en cuanto a tecnología interna. Desde Sony y Microsoft han visto que cada vez más clientes migran hacia los ordenadores y no quieren perder base de jugadores.

Otra de las razones es la realidad virtual. Sony lanza mañana día 13 las PlayStation VR, con las que pretende meterse de lleno en el camino hacia el futuro de los videojuegos. Es necesaria una PlayStation 4 para poder jugar con las gafas de realidad virtual y, aunque desde la compañía nipona se ha afirmado que los primeros juegos que saldrán con esta nueva tecnología se van a poder jugar en dicha consola, lo cierto es que de cara al futuro necesitarán un hardware más potente para ofrecer mejores experiencias con las VR. En este sentido, la nueva PlayStation 4 Pro está diseñada para hacer de trampolín de la realidad virtual en los próximos años.

Y, por último, el 4K. La resolución de imagen que viene a desbancar al Full HD se quiere abrir paso y Sony y Microsoft quieren estar preparados para cuando ese momento llegue. Los videojuegos a 4K solo podrán ser completamente disfrutables con un televisor de estas características, de manera que muchos usuarios que se compren la PlayStation 4 Pro no van a poder apreciar debidamente ese avance tecnológico si no disponen de un monitor de este tipo.