Las tarjetas gráficas han dejado de venderse al ritmo al que lo hacían hace nada según un estudio de la consultora Jon Peddie Research, una consultora californiana líder en investigación de mercados: acumulan dos trimestres consecutivos de caída, pero no de una caída cualquiera: es la peor desde 2008. ¿Por qué? Te lo explicamos para que entiendas lo que, de momento, parece que no han comprendido los fabricantes de estos dispositivos.

La situación afecta a las tres marcas más importantes
El estudio de la citada consultora evidencia como AMD, Intel y NVIDIA han vendido durante el tercer trimestre de este año un 25% menos de procesadores gráficos que en el mismo periodo de 2021. Además, durante el tercer trimestre de 2022 se ha vendido un 10,3% menos de estos dispositivos que durante abril, mayo y junio de este año. La tendencia a la baja es clara, pero afecta más a los portátiles, que vieron como sus ventas se contraían un 30% durante el tercer trimestre de este 2022. Las de ordenadores de sobremesa se redujeron un 15%.
¿Por qué sucede?
Hay múltiples causas, pero la extinción casi total de la minería de criptomonedas es una de las principales ya que estos dispositivos, inicialmente concebidos para facilitar el uso de videojuegos, el visionado y la edición de vídeos o las labores de diseño gráfico, se utilizaban para ampliar la capacidad de proceso de ordenadores destinados a minar bitcoins y similares. Ahora, tras la debacle general, esta demanda ha desaparecido. Sin embargo, hay también factores secundarios: las sanciones a China, que genera por su volumen de habitantes una demanda inmensa es uno de ellos, pero hay otro que inquieta más a los fabricantes: la saturación del consumidor, que ha invertido mucho en tecnología durante los años de pandemia y que no está dispuesto a participar en la carrera al alza de prestaciones y precios en la que los productores de tarjetas gráficas andan desde hace semestres. Y siguen e eso porque, pese a los informes, no han entendido que la demanda de este tipo de dispositivos estaba sobredimensionada por las necesidades de un sector, en de las criptomonedas, que tardará años en volver a ser la sombra de lo que fue. Y no, un servidor no va a regalar a nadie una tarjeta gráfica estas Navidades. Seguro que tú, tampoco.