Los combustibles fósiles son, para muchos, una rémora a eliminar por mucho que, mal que les pese, sigan siendo imprescindibles. De los tres que existen (carbón, petróleo y gas, cada uno con sus diversas variantes) quien lleva la peor parte es siempre el carbón y, ahora, lo reconfirma el Deutsche Bank: no va a aceptar como cliente a ninguna empresa que genere más del 30% de sus ingresos a partir del carbón. Del petróleo y el gas, todavía no dice nada.

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Un no con matices

Con todo, la negativa del Deutsche Bank a operar con el, a su juicio suponemos, “sucio” dinero de las empresas que todavía trabajan con el negro mineral es relativa: el no inicial puede convertirse en sí en el caso de que tales compañías presenten lo que el banco alemán denomina “planes de diversificación creíbles” y que, suponemos, evaluarán expertos en medio ambiente externos al banco, aunque eso no se ha concretado.

Alborozo entre las organizaciones ecologistas

El anuncio del 75º banco más importante del mundo (según datos de 2021) ha sido acogido con alborozo en organizaciones ecologistas como, explican  desde Reuters, 350.org: “en cualquier caso, el carbón es una industria en vías de extinción, por lo que no es de extrañar que los bancos quieran distanciarse de él”. No ven bien, eso sí, que la entidad financiera alemana no anuncie medidas similares para las empresas que trabajan con petróleo y gas. Sea como fuere, en 350.or olvidan un dato: el consumo mundial de carbón no sólo no decrece, sino que aumenta y en países como Inglaterra se reabren minas modernas y hasta sostenibles.  Manuel Llaneza, Marcelo Jorrisen y Félix Parent, por citar tres de los grandes nombres que escribieron la historia del carbón en España, seguro que sonreirían desde allá donde estén si escuchasen según qué cosas.