Decir que en China fabrican de todo es un lugar común pero, hasta la fecha, esa frase no era cierta del todo: determinados sectores, como por ejemplo el de los equipos de alta fidelidad, parecía que no eran lo suyo, pero eso también ha cambiado. Los mismos que fabrican coches (otro sector en el que hasta, hace nada, creíamos que nunca entrarían) que igualan o superan a los nuestros, también han empezado a fabricar equipos de sonido espectaculares.

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También saben hacer calidad

Tanto el automoción como en la alta fidelidad el precio no lo es todo y, sin calidad, resulta imposible competir con lo  que se hace en Europa, Japón o Estados Unidos. China, que se quiere empezar a ver reconocida como la potencia técnica y científica que es y no sólo como la fábrica global, ha escogido estos productos de elevada demanda, alta exigencia y precios altos para demostrar de lo que es capaz. Con los coches lo está logrando y todo indica que con los equipos de sonido también va a hacerlo.

Estética singular

Un ejemplo de lo mucho que saben y pueden hacer es el amplificador integrado de válvulas de vacío Cayin CS-55A, que sale por unos 1.500 euros si aprovechas una oferta. Los amplificadores de válvulas proporcionan una calidez superior y mucho más natural que los de transistores de uso común, que no alcanzan a igualar a sus equivalentes de válvulas y ofrecen un sonido más rígido y nervioso. Cuando uno repasa los precios de los amplificadores de válvulas encuentra un abanico de precios muy amplio y el modelo chino que hoy nos ocupa se sitúa en la franja media alta pero su estética mejora la de casi todos los que compiten con él. Al final, no lo dudéis, llegará un día en el que hasta nosotros querremos ser chinos del mismo modo que nuestros abuelos querían ser norteamericanos.