Este es el segundo juicio al que se someten Millet y Montull. El primero fue por el caso del Hotel del Palau y después de la primera sesión se tuvo que aplazar porque Millet se rompió el fémur cuando se levantó por la noche para ir al lavabo. El juicio se tuvo que aplazar hasta después de la operación de fémur.

Millet encontró la excusa perfecta para no declarar: "Estoy muy medicado. Mentalmente estoy tocado. no soy yo. Voy muy medicado", argumentó.

 

Cada día el jardinero acompañaba Fèlix Millet al juicio empujando su silla de ruedas.

La tele

El caso Palau de la Música ha sido marcado por la personalidad de los dos principales acusados: Fèlix Millet y Jordi Montull.

A medida que se fueron conociendo detalles del fraude, se fueron conociendo también rasgos de la personalidad de los dos máximos mandatarios de la institución. Y su manera de hacer, a veces rayando la excentricidad, sumado a la lentitud de la Justicia que ha caracterizado este proceso, han hecho que el fraude del Palau sea un caso excepcional en todos los sentidos.

A pesar de la acusación Millet i Montull no han renunciado a su vida y a sus hábitos.

De esta manera, Millet fue a comer con su mujer el día que declaró por primera vez al Taita 2, un restaurante donde habitualmente iba a consumir el menú. Lejos de esquivar a las cámaras y recluirse en su casa, Millet y su mujer se pasearon por Barcelona como si nada.

Millet i Montull ha seguido haciendo las vacaciones en Menorca, con el permiso del juez, que finalmente sí que acabó parándole los pies.

Durante todos estos años Millet y Montull han veraneado donde han querido. Se los ha visto por Fornells, pero también por Teià y L'Ametlla del Vallès, donde tienen las segundas residencias. Hacen vida normal, a pesar del proceso judicial abierto contra ellos, con escapadas -sobre todo los primeros años- al campo de golf y a varios restaurantes de Barcelona, que han acabado más de una vez con alguna polémica. Como un día en el aeropuerto, cuando Millet volvía de Maó, le lanzaron gritos de "ladrón" y "chorizo"

.

Ni Millet ni Montull han concedido entrevistas durante todo el proceso judicial hasta ahora que Fèlix Millet se dejó entrevistar para El Nacional. Al salir de la prisión de Can Brians 2, donde pasaron 15 días por el caso del Hotel del Palau, sí que hablaron ante la prensa. Se les pudo arrancar cuatro palabras y se pudo saber que Fèlix Millet se llevó la tele de la prisión.

Lejos de lo que hacen otros presos, Millet no quiso dejar la tele para los reclusos y, como salir de la prisión con la tele bajo el brazo no quedaba bien, los abogados la llevaron de Can Brians al despacho de Barcelona. La nueva excentricidad de Fèlix Millet se retransmitió en directo por radio en el Versió RAC1.

Montull es quien más ha hablado. Lo ha hecho saliendo de las declaraciones en el juzgado. Siempre molestos por las acusaciones y por tener que ir tantas veces a la Ciutat de la Justicia, Montull lanzó un "Tampoco he matado Kennedy".

Tres años después de los registros en el Palau que destapan el caso, se hizo el registro en casa de Millet. La comitiva judicial se llevó de la mansión de L'Ametlla del Vallès 3.000 euros en metálico y unos 25 cuadros. El mismo Millet lo explicó a través del portero automático a los periodistas.