El Memorial Democràtic de la Generalitat de Catalunya instalará, entre marzo y diciembre de este año, 95 nuevos adoquines stolpersteine por todo Catalunya para homenajear y recordar a los deportados en los campos de concentración nazis. Los adoquines stolpersteine son unas placas artísticas urbanas creadas por el artista alemán Gunter Demnig (Berlín, 1947). Se colocan ante la última residencia donde la persona vivió en libertad.

La primera de esta nueva remesa de adoquines se colocará el 18 de marzo en Lleida. Un acto que contará con la participación de la consellera de Justícia, Drets i Memòria, Gemma Ubasart. Está previsto que las 95 stolpersteine se distribuyan en 22 municipios, que sumarán un total de 518 repartidas en 79 municipios catalanes.

Concretamente, las nuevas stolpersteine se instalarán en Albanyà, Arbeca, Arenys de Munt, Caldes de Montbui, l'Hospitalet de Llobregat, la Granadella, la Pobla de Cérvoles, la Seu d'Urgell, Lleida, Olesa, Reus, Roda de Berà, Sabadell, Santa Cristina d'Aro, Tarragona, les Valls de Valira, Solsona, Navès, Sant Llorenç de Morunys, Odèn, Lladurs y Guixers.

Cabe decir que Catalunya es pionera en la instalación de stolpersteine. Prueba de ello es el hecho que, en 2015, el municipio de Navàs (Bages) se convirtió en el primero de todo el Estado en instalar cinco adoquines, uno de las cuales en recuerdo de Ramon Sala Besa, alcalde durante la Guerra Civil por Esquerra Republicana de Catalunya, deportado en Mauthausen y asesinato en el campo de concentración de Gusen en 1942.

Stolpersteine, "piedra que hace tropezar"

Los adoquines stolpersteine son un proyecto artístico en recuerdo de todas las víctimas del nazismo del artista alemán Gunter Demnig. La primera se colocó en 1996. Desde entonces, hay más de 82.000 repartidas por todo el mundo. Los adoquines se hacen artesanalmente y cada una de ellas es única.

En alemán stolpersteine quiere decir "piedra que hace tropezar" y, según Denmig, "no tropezamos con los pies, sino con la cabeza y el corazón". Estos adoquines no se fijan en el suelo por casualidad, sino que su emplazamiento tiene un significado concreto: siempre que alguien quiere leer la inscripción, hace falta que se incline y, por lo tanto, hace una reverencia al nombre de la persona deportada. Es una manera más de rendir homenaje a las víctimas y recordarlas.

Finalmente, cabe mencionar que en las stolpersteine se graba el nombre completo de la persona, el año de nacimiento y el año de deportación, el campo de concentración donde fue enviada y su situación final (asesinada o liberada).