Emoción, abrazos y un dolor compartido es lo que se ha vivido esta mañana frente al monumento dedicado a las víctimas del terrorismo situado en la Meridiana. Una cuarentena de afectados por los atentados del 11-M en Madrid y del 17-A en Barcelona se han reunido en la capital catalana para compartir vivencias y conocerse más allá de los correos electrónicos y los mensajes. Son víctimas de los peores atentados yihadistas que se han producido en el Estado español, y a pesar del paso del tiempo, no olvidan el dolor, un sentimiento que comparten, como el de la sensación de no tener suficiente apoyo por parte de las instituciones. Así lo testifica Jorge Manrique, uno de los participantes, que ha explicado a la ACN que el encuentro ha servido para unir a los afectados y apoyarse ante "el abandono" de los organismos. Los participantes del encuentro han entregado una ofrenda floral en recuerdo a los difuntos frente al monumento y han realizado un emotivo minuto de silencio en homenaje a sus seres queridos muertos en los atentados.
Reapertura de la Oficina de Atención a Víctimas del Terrorismo
Manrique ha explicado que la asociación de víctimas del atentado del 11M recibió una "pequeña subvención" para desarrollar una actividad social y que decidieron destinarla a hacer una visita a las víctimas de Cataluña para conocerse después de haberse apoyado durante años. Los afectados se encontraron ayer para cenar y este domingo han visitado el monumento de la avenida Meridiana. "Cuando se sufrieron los atentados del 11M, desde Cataluña ofrecimos toda la cobertura penal, jurídica, asistencial y psicológica que teníamos a nuestro alcance porque allí estaban totalmente abandonados. Y cuando nosotros sufrimos el ataque del 17-A, ellos llevaron la defensa jurídica de muchas víctimas de la Rambla", ha recordado Manrique, quien ha aprovechado la ocasión para explicar que el próximo viernes se presentará la reapertura de la Oficina de Atención a Víctimas del Terrorismo de la Generalitat, cerrada en 2010 a raíz de los recortes. "Creemos que llega tarde, pero siempre hay tiempo de empezar a hacer un trabajo que no se ha hecho hasta ahora y seguir buscando víctimas", ha aseverado.
Esta oficina debe servir para "hacer el trabajo que las entidades y asociaciones de víctimas han estado haciendo en el ámbito privado" y ha vuelto a reclamar la aprobación de un protocolo para asistir a las víctimas después de un atentado, una medida muy solicitada por el colectivo. "Cuando se trata de asistir a gente que ha sufrido un delito, una tragedia o una emergencia, las ayudas, si no hay un protocolo establecido, llegan muy tarde. Y la ley dice que son las administraciones competentes las que se deben ocupar. Ya tocaba que lo hicieran, y aunque llega tarde, aún se pueden arreglar muchas cosas", ha sentenciado Manrique.
"Ser víctima es difícil"
Marisol Pérez, víctima del 11M, ha expresado que el encuentro les ha permitido "explicar experiencias sin presión ni necesidad de pedir perdón". "Ser una víctima es difícil, porque, por un lado, parece que quieras dar lástima y por otro parece que pidas dinero por lo que sufriste. Y aquí no hemos tenido que dar explicaciones" ha señalado. Pérez ha explicado que la asociación visita de forma regular monumentos dedicados a víctimas para visibilizar que hay personas "pendientes de su homenaje". En el caso de la visita a Barcelona, sin embargo, lo han hecho para "poder conocer a sus hermanos" más allá de los correos electrónicos y los mensajes. "Ha sido muy enriquecedor", ha subrayado. La afectada por el 11M ha insistido en que las víctimas del terrorismo "nunca están lo suficientemente bien atendidas" y que cuando parece que lo están consiguiendo, siempre les llega una nueva persona a la asociación que ha sufrido experiencias desagradables, especialmente en entornos laborales. "Nos encontramos con gente que al volver al trabajo les tratan como si hubieran tenido un accidente. Y no es así, somos víctimas de un atentado", ha concluido.
