Nueva operación de la Guardia Urbana de Barcelona, con la colaboración del departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya, para clausurar centros que ofrecían pruebas médicas PCR y test de antígenos de manera, como mínimo, fraudulenta. En la ciudad de Barcelona el pasado viernes de 4 febrero se cerraron seis locales, que se suman a dos más que el departamento de Salud ha cerrado también en Tarragona y Figueres. En total, en esta nueva oleada de inspecciones, se han cerrado ocho locales para ofrecer estas pruebas, sobre todo destinadas a turistas, sin la correspondiente autorización administrativa del departamento de Salud. La Guardia Urbana de Barcelona está investigando si además de un posible delito de intrusismo laboral -detectaron personal no médico haciendo las pruebas- e infracciones administrativas, si también se podían haber cometido delitos contra la salud pública o la falsedad documental por haber hecho pruebas falsas. De momento, se han cerrado en la ciudad de Barcelona cuatro locales totalmente y dos más, que también hacían otras pruebas, han quedado abiertos, pero sin poder hacer más pruebas PCR o test de antígenos (TAR).
La Guardia Urbana de Barcelona ha hecho durante todo el mes una investigación por toda la ciudad, implicando agentes de todas las comisarías, para encontrar puntos en la ciudad donde se hacían pruebas PCR y test de antígenos. Después de cruzar los datos con los centros autorizados por Salud, encontraron que estaba algunos que no habían recibido el visto bueno administrativo, pero que seguían funcionando y que cada día acumulaban colas de personas en el exterior. Después de hacer comprobaciones con agentes de paisano, este pasado viernes, 4 de febrero, se entró en los locales y se confirmó que la mayoría de ellos estaban haciendo las pruebas sin los permisos de Salud y algunas veces en lugares no autorizados y con personal no médico.
Según ha explicado el portavoz de la Guardia Urbana, el inspector Jordi Oliveras, se inspeccionaron seis locales y cuatro de ellos quedaron completamente cerrados. Algunos de los locales inspeccionados eran de los mismos propietarios, que tenían varios puntos en la ciudad de Barcelona, sobre todo enfocados a hacer pruebas a turistas, ofreciendo resultados casi inmediatos y a precios más baratos. Algunos de los centros que estaban en marcha y que ha cerrado Salud y la Guardia Urbana estaban liderados por personas de nacionalidad española, holandesa y china, según ha podido saber ElNacional.cat.
Pruebas más baratas
La policía ha podido saber que la mayoría de estos locales ofrecían precios por debajo de mercado y desde una página web y han podido llegar también a ellos después de analizar las redes sociales, donde varios usuarios denunciaban que los tests siempre eran negativos y que muchas veces se hacían con condiciones poco saludables y con personal no médico.
Si bien lo que está claro, según la Guardia Urbana, es que las licencias que tenían no permitían hacer este tipo de pruebas, ahora habrá que ver si las sospechas de la policía se confirman con las pruebas periciales y los tests también eran defectuosos. Las investigaciones así lo tendrán que aclarar y saber qué tipo de delitos acaban imputando a los propietarios denunciados la semana pasada. Si se confirma, habrá supuesto un grave problema para la salud pública, habiendo podido hacerse tests irregulares que han permitido la movilidad o encuentros sin saber si se trataba de un resultado positivo o negativo.
La directora general Ordenación y Regulación Sanitaria (DGORS) del Departamento de Salud, Azucena Carranzo, ha explicado que no solamente en Barcelona se han encontrado centros que hacían este tipo de pruebas de detección del coronavirus sin las licencias correspondientes, sino que Salud también ha clausurado dos en Tarragona y Figueres, respectivamente.
Conseller para evitar acabar en centros fraudulentos
El departamento de Salud tiene un registro de 90 establecimientos homologados para hacer estas pruebas diagnósticas a Barcelona que se puede conseguir publicado a la web CanalSalut. Carranzo ha pedido, en una charla con los medios de comunicación para explicar esta operación conjunta con la Guardia Urbana, que todos los ciudadanos validen en este registro si el centro donde se quieren hacer una prueba figura allí para evitar ser víctima de esta estafa y poner en riesgo su salud.
La directora general y el portavoz de la Guardia Urbana, en la plaza de Urquinaona / Salud
Al mismo tiempo, también ha explicado que hace falta tener en cuenta el precio, "desconfiar de lugares donde hacen precios muy baratos", y también del tiempo de entrega de los resultados: "como mínimo las pruebas tardan unas 12 horas, si nos aseguran que las pueden tener antes, hay que desconfiar".