Esta mañana, la estatua de Franco ya había sido retirada del Born. En el suelo quedaban restos de pintura, de los lanzamientos contra la figura. En la vagoneta donde había la estatua, alguien había colocado una estelada. El monumento a la Victoria, a pesar de todo, se mantenía intacto, ya que las agresiones las había monopolizado la estatua ecuestre de Franco. Al fondo, quedaba vigilante la sombra de la República, colocada también por la exposición Franco, Victoria y República. La Plaça Comercial estaba tranquila, aunque no faltaban periodistas y cámaras. A cierta distancia se encontraba estacionada, discreta, una patrulla de la Guardia Urbana.

Una mañana de foto

Alguna gente se acercaba al Born para hacer una foto. Algunos, pocos, habían venido expresamente, e incluso apareció algún fotógrafo profesional. Pero la mayoría de los que hacían fotografías usaban el teléfono móvil y estaban, simplemente, de paso: una señora que paseaba el perro, un ciclista, bastantes jubilados... Algunas señoras que venían a fotografiar la estatua caída de Franco se mostraban decepcionadas porque la habían retirado. Los curiosos que se detenían no pasaban mucho rato en el Born, y pronto se iban.

Curiosos en el Born. Fotografía: Gustau Nerín.

Indiferencia

A pesar de todo, parte de la gente que pasaba por el Born se mantenía absolutamente indiferente. Había muchos turistas que miraban la vagoneta con la estelada y las manchas de pintura y que se marchaban con cara de no haber entendido nada. Algunos de los que pasaban por la calle ni se fijaban en la estatua que quedaba; en realidad, ni siquiera se fijaban en ella algunos de los que iban al Born. Tampoco se han fijado mucho un grupo de adolescentes de un instituto que iban a visitar el Born: los profesores no les han explicado nada del monumento, prefiriendo no meterse en camisas de once varas. La mayoría de los alumnos no le han dedicado ni una ojeada a las figuras del exterior; ni siquiera les han hecho ninguna foto. Sólo un grupito de chicos ha mirado la vagoneta, ha comentado los hechos y ha celebrado que hayan colocado allí una estelada.

Los comentarios

De forma espontánea se han formado corrillos entre la gente que contemplaba el monumento. Los comentarios eran diversos: algunos daban apoyo a la exposición y los otros se mostraban contrarios a ella, pero discutían muy respetuosamente (nada que ver con los insultos de "fascistas" del día de la inauguración). Nadie defendía al dictador: todos lamentaban el autoritarismo del franquismo. Pero también había muchas críticas a la situación actual: "Los que tenemos ahora son los hijos y los nietos de los que mandaban antes", afirmaba un abuelo, refiriéndose a los que gobiernan. "Sí, y por eso nos hace falta la independencia", apuntaba una abuela. "Con independencia o sin, será lo mismo", le replicaba el abuelo. Y nadie se lo discutía. Otro grupo se mostraba preocupado por los jóvenes que volcaron la estatua: "Dicen que han detenido a uno. ¿Y ahora qué le harán?". Todos creían que el joven no merecía ningún castigo, aunque algunos no estaban de acuerdo con la acción que había realizado. En la puerta del Born, un grupo de señoras comentaban con el guarda de seguridad lo que había pasado por la noche. Filosóficamente, una señora dejaba bien claro que es mejor que hayan sacado la estatua de Franco: "mejor que nadie se haga daño".

La retirada de la estatua de la Victòria

Hacia el mediodía los servicios municipales han procedido a retirar, también, la estatua de la Victoria, entre la expectación de algunos curiosos y numerosos periodistas. La retirada se ha producido con celeridad: en poco más de media hora se ha conseguido sacar el monumento. No ha habido incidentes, y pocas demostraciones políticas, más allá de alguna estelada y algún grito aislado. Eso sí, mucha gente ha querido hacer una fotografía para llevarse un último recuerdo de la estatua.

Más gente en el interior

La agresión al monumento ecuestre de Franco ha generado mucho interés por la exposición situada en el interior del Born, que hoy ha recibido un alto número de visitas. Algunos de los que se han acercado a este centro querían saber más sobre la historia de los monumentos que han generado tanta polémica.

Temas abiertos

La retirada de los monumentos ha generado reacciones de muchos tipos. En las redes sociales había muchas opiniones sobre el tema, y también los columnistas se han dedicado ampliamente al tema. Muchos han acusado a la administración municipal de organizar una exposición mal planteada, o incluso de provocar gratuitamente. Pero con el ataque contra la estatua de Franco también se han abierto otros temas. Por una parte ha resurgido el debate sobre el Born, en que se discute sobre si ha de ser un espacio reservado para la memoria del 1714 o si ha de ser un espacio consagrado a la memoria histórica en un sentido más amplio. También se han reabierto viejas polémicas: sobre la permanencia del monumento franquista en Tortosa con la colaboración de Convergencia, sobre la rehabilitación de Juan Antonio Samaranch con el apoyo de Partit dels Socialistes de Catalunya i del Partit Demòcrata Europeu Català... Y ha aparecido un nuevo elemento de discusión: la coincidencia entre PDECat, Ciutadans y el Partido Popular en la crítica al Ajuntament de Barcelona por la exposición antifranquista ha despertado los recelos de algunos internautas, que consideran curiosa la coincidencia de algunos independentistas con los que se niegan a condenar el franquismo.