El principal escenario de la movilización yihadista en España desde 2013 es el área metropolitana de Barcelona, donde se ha detenido a la mayoría de militantes. Si solo se cuentan los de nacionalidad española, el foco yihadista se sitúa en Ceuta, entre jóvenes de segunda generación nacidos y residentes en la ciudad autónoma, según el informe Estado Islámico en España, elaborado por Fernando Reinares y Carola García-Calvo para el Real Instituto Elcano, un think tank oficial del Estado español.

La radicalización se produce "en bolsas localizadas". De los 178 detenidos por terrorismo yihadista entre 2013 y 2016, se han radicalizado en la provincia de Barcelona el 23,2%, en Ceuta el 22,2%, en Madrid y área metropolitana el 19,2%, y en Melilla el 12,1%.

¿Por qué unos se radicalizan y otros no? ¿Por qué unos se adhieren a una versión violenta del salafismo y se implican en actividades terroristas?

Hay dos factores que ayudan a entender por qué determinados individuos se radicalizaron mientras otros, de similares rasgos sociodemográficos, en el mismo o diferente lugar, no hicieron suya la ideología de Daesh. "Por una parte, la existencia de contacto físico directo con un agente de radicalización, al cual generalmente se atribuye cierto carisma. Por otra, los lazos sociales preexistentes basados en vínculos de vecindad, amistad o parentesco," explica el informe.

Agentes de radicalización

"El contacto cara a cara u online con algún agente de radicalización" y los "vínculos sociales previos con otros individuos radicalizados" son cruciales, insisten los mismos autores en otro papel, publicado este mismo mes.

Para los expertos, la importancia del contacto con uno o más agentes de radicalización "subraya la relevancia de la ideología" en la adquisición de creencias y actitudes para optar por la violencia. El alcance de los vínculos sociales previos "indica que los vínculos afectivos facilitan los procesos de radicalización y reclutamiento yihadista".

El informe no lo dice explícitamente, pero permite deducir que ambos factores también funcionan en sentido contrario, como inductores de socialización. Cuando menos, como criterio para orientar políticas de prevención en los ámbitos donde aquellos factores pueden interactuar más intensamente, desde el barrio hasta el trabajo o la prisión, si es el caso.

Perfil

En el informe anterior se detalla el perfil sociológico más frecuente entre los detenidos por yihadismo. Son hombres jóvenes, casados y con hijos, tanto españoles como marroquíes, mayoritariamente con estudios secundarios y en la media española de paro. No es inusual que tengan antecedentes penales. Su conocimiento del islam y de la charía o ley islámica suele ser elemental.

Es decir, que quizás la motivación económica no sea la principal en su decisión de radicalizarse ni tampoco su fe religiosa, aunque ambos factores jueguen un papel en la decisión de unirse a la yihad.

Este perfil no es incompatible con el hecho de que se registren porcentajes significativos de mujeres, conversos y universitarios.

Dónde se radicalizan

La radicalización en el salafismo yihadista propia de Daesh (Estado Islámico) se desarrolla sobre todo en entornos que combinan ámbitos offline y online, aunque el número de individuos radicalizados solo offline es marcadamente superior al de los radicalizados únicamente online.

Domicilios privados, lugares de culto y centros culturales islámicos, espacios al aire libre, así como prisiones, destacan entre los ámbitos de radicalización offline.

Motivación ideológica y utilitaria

El tipo de motivaciones individuales que los han llevado a adherirse a Daesh y, eventualmente, a participar en actividades terroristas son más bien de carácter ideológico y utilitario, mucho más relevantes que los de índole existencial e identitaria o que las de carácter emocional y afectivo.

La idea de yihad terrorista como imperativo religioso, el convencimiento de que es eficaz y que su éxito queda de manifiesto con la proclamación del califato, al igual que los incentivos selectivos o recompensas materiales y no materiales, mueven más la implicación en Daesh que la posibilidad de encauzar diferentes tipos de emociones o encontrar una salida a crisis vitales o a conflictos de identidad.

Además, según los testimonios orales o escritos de los detenidos, el odio (principalmente pero no exclusivamente), a occidentales descritos como "infieles" y a los chiíes considerados "apóstatas", está generalizado entre ellos y a menudo se combina con otros tipos de motivaciones individuales.

Células y redes

Los patrones típicos de implicación yihadista en favor de Daesh tanto dentro como fuera de España incluyen un cierto gregarismo. La inmensa mayoría de los detenidos se encontraban implicados en compañía de otros y no aislados o en solitario. En concreto, como integrante de células, grupos o redes, más nueva formación y alcance transnacional que regeneradas y confinadas en sus actividades en el territorio español.

En el seno de esas agrupaciones, los detenidos contribuían sobre todo en funciones de radicalización, reclutamiento, enviada de combatientes terroristas extranjeros en Siria y el Iraq, difusión de propaganda o financiación para cubrir las necesidades de la yihad.

Una amplia mayoría de estos detenidos se habían desplazado a Siria y el Iraq, lo habían intentado o tenían intención de hacerlo. A pesar de lo cual, un tercio de ellos pertenecía a células, grupos o redes con capacidades operativas y que tenían voluntad de atentar en España.

Los gráficos provienen del informe Estado Islámico en España.