El Gobierno asegura que la Generalitat obliga a marcharse a quienes quieren "hacer bien su trabajo" y "cumplir la ley", pero huye de ponerse en el escenario sobre qué hará en caso de que los cargos que se quedan decidan no cumplirla durante el 1 de octubre. Es el caso del ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, que ha afirmado que no "se le pasaba por la cabeza" que los Mossos decidan "no cumplir con sus obligaciones" en adelante, pese a la marcha de Albert Batlle como director de la policía autonómica catalana, y la asunción del puesto por parte de un independentista convencido como Pere Soler.

Así se ha pronunciado el ministro del Interior a la llegada al Congreso de los Diputados, donde ha comparecido sobre la cuestión de los refugiados. Allí ha repetido las mismas palabras que la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría el día anterior acusando de "gravísima" la deriva "radical" y los cambios en el gobierno catalán. Así y todo, está convencido de que los Mossos "no harán dejadez de sus obligaciones y funciones" y no se le pasaba tampoco por la cabeza que "sean condicionados y obligados" a actuar de otra forma, y al servicio de la Generalitat el 1-O.