Schinas-Juncker

A principios de los años 70 triunfó en los cines una comedia norteamericana que parodiaba los viajes organizados con los que ciudadanos estadounidenses recorrían toda Europa en un par de semanas. Los protagonistas de la película, mareados por la sobredosis de monumentos y museos que incluía su frenético periplo, necesitaban repasar el programa para saber en qué ciudad estaban. Si hoy es martes, esto es Bélgica, era el título del film, que se convirtió en un clásico.

De repente, la campaña catalana se ha visto embarcada en un tour operator similar. Mientras las diferentes caravanas electorales trajinan candidatos arriba y abajo, el ejecutivo de Rajoy, con la colaboración del Gobierno de la Generalitat, ha proyectado el 27S al mundo.

La agenda catalana, no obstante, no coincide con el calendario de los turistas de la película y el turno de Bélgica ha caído en jueves y no en martes.

La prima hermana de Trillo

Ha sido justo en el momento en que se ha preguntado sobre este tema en la rueda de prensa diaria del portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas. El portavoz conoce bien el debate catalán, ya que está casado con Mercedes Alvargonzález, una española que es la jefa de gabinete del presidente del grupo parlamentario del PP Europeo y prima hermana del exministro Federico Trillo.

“Si parte de un Estado miembro se convierte en independiente deja de ser parte de la UE, pasa a ser un tercer Estado, y los tratados europeos dejan de serle de aplicación”, ha explicado Schinas.

La reflexión concluye que una nueva región independiente se convertiría “de facto” en un país tercero con respecto a la Unión y “puede solicitar su ingreso”.

El propio Schinas se ha encargado de recordar que esta es la posición expresada desde 2004 por Bruselas. La Comisión había asegurado repetidamente que no se podía pronunciar oficialmente sobre el tema sin una petición en este sentido del Estado afectado. Schinas, sin embargo, no ha concretado si el Estado español ha hecho alguna consulta formal ni si la salida del territorio afectado se produciría de forma automática.

De Washington a Bruselas

En plena carrera del 27-S, esta declaración se ha convertido en el hit de la jornada. La campaña, de repente, ha vuelto los ojos hacia Bruselas. Lo ha hecho, después de que el miércoles le tocara a Washington. Entonces fue el presidente Obama quien, con Felipe VI sentado al lado, dijo aquello de una “strong and unified Spain” que no solo ha provocado debates políticos sino también filológicos. De entrada porque la traductora lo interpretó mal y el ministro Margallo se tuvo que apresurar a pedir que se hiciera el matiz pertinente a los periodistas.

Previamente –la semana pasada– habían sido la canciller alemana Angela Merkel, y el primer ministro británico, David Cameron, los que se pronunciaron. Todos para expresar la complejidad que este proceso comportaría para Catalunya. Todos después de que tanto desde el Ministerio de Exteriores como desde la Moncloa se hayan intensificado las gestiones en las cuales ha intervenido el mismo presidente Rajoy, aparte evidentemente de su jefe de gabinete, el diplomático catalán Jorge Moragas.

El aviso de Margallo

Nada se improvisa. El propio Margallo, durante la recepción en casa del embajador español en Washington, después de la reunión entre el Rey y Obama, ya avisó a los periodistas: “el jueves tendrán otra”. Así ha sido.

No fue lo único que dijo. También desafió: “No hay nada gratis en este mundo”. Una reflexión que a los periodistas presentes les hizo pensar en los acuerdos recientemente cerrados con Estados Unidos, como el que afecta a la base de Morón, en Cádiz.

La Generalitat también ha actuado. El secretario general del Diplocat, Albert Royo, ha expuesto la situación del proceso catalana en una charla en el Parlamento sueco a la que ha asistido el cónsul español, que ha intervenido para dejar claro que España no permitirá un referéndum.

El martes, en plena campaña, los responsables de la política exterior del Gobierno catalán fueron a explicar el proceso al Parlamento belga. Previamente, el Gobierno ha desfilado por las cámaras de Dinamarca, Irlanda, Uruguay y Paraguay, así como por el subcomité de Asuntos Europeos de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos.

Para el Gobierno Rajoy, los pronunciamientos de algunos de los máximos responsables de la política mundial apoyando sus tesis son un triunfo de la diplomacia española. Para las candidaturas soberanistas, sin dejar de admitir el impacto que puede provocar entre los indecisos que intentan seducir, representan el reconocimiento más explícito de que estas elecciones son un plebiscito sobre la independencia de Catalunya.

Conclusión: todos contentos.

Debate con morbo

Con este panorama no puede sorprender a nadie que el debate con más morbo de la campaña sea el que enfrentará la próxima semana al ministro José Manuel García Margallo con el candidato número cinco de Junts pel Sí y líder de ERC, Oriol Junqueras.

En las filas populares ha provocado inquietud la irrupción del ministro en plena campaña, hasta el extremo de que el cara a cara ha estado a punto de suspenderse. El jefe de la diplomacia española se ha ganado cierta fama de imprevisible después de que sus declaraciones en relación al proceso catalán oscilaran entre los tonos más surrealistas cuando vaticinó que Catalunya quedará vagando por el espacio, hasta propuestas más pragmáticas como la de reformar la Constitución, que levantaron ampollas en el seno del Gobierno español.

El que no está tan feliz es el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, que ha rechazado con contundencia la propuesta del Círculo de Economía de organizar, en caso de una victoria de los partidarios de la independencia, un referéndum legal y pactado. “No va a haber referéndum legal, pactado y acordado con el Gobierno de España, con el de Mariano Rajoy por supuesto, ni con ningún otro porque lo impide la Constitución”, ha asegurado el ministro en declaraciones a RNE.