El presidente del Parlament, Roger Torrent, apuesta por un Govern de concentración soberanista como respuesta a la sentencia del 1-O. En una entrevista a ACN, Torrent ha señalado que el jefe del Govern, Quim Torra, tiene que tener "forzosamente" esta fórmula sobre la mesa y que, si se mujer la ocasión, se tiene que poder materializar. Ahora bien, cree que no se tienen que descartar otras posibilidades, como unas elecciones. El gobierno de concentración, "una buena fórmula", representaría "el 80%" de la sociedad y contaría con aquellos que compartan una "agenda republicana", con una vertiente social, un discurso anti-represión y una voluntad de solucionar democráticamente el conflicto. Esta opción serviría para "fortalecer" la institución y, al mismo tiempo, hacer visible "la foto del 3-O".

La sentencia representará el final de un ciclo político y abrirá otro, según Torrent, donde habrá que fortalecer las instituciones y los liderazgos. Una opción que el presidente de la cámara catalana pone sobre la mesa es un gobierno de concentración que implique "a la gran mayoría de catalanes, el 80%, que están en contra de la represión y que quieren una solución democrática". Esta opción, según estos criterios "de agenda republicana", incluiría a los comunes y la CUP.

Torrent considera que el gobierno de concentración trasladaría un mensaje político "clarísimo" no sólo al país sino también al Estado. El presidente de la cámara defiende que esta medida fortalecería las instituciones y ayudaría a forzar Madrid a sentarse a negociar el "referéndum inevitable". El presidente cree que hay que coordinar estas mayorías para ser "ganadores" y, más allá de hablar de una hipotética desobediencia institucional, apuesta para definir cuál es "la estrategia para interpelar a esta mayoría más amplia".

"Las elecciones no se pueden descartar"

Si el gobierno de concentración "no es posible, las elecciones no se pueden descartar, ha aseverado. De hecho, ha señalado que las posibles alternativas no dependen sólo del Parlamento, sino del conjunto de fuerzas soberanistas y del Gobierno, "especialmente de Torra". De todos modos, Torrent defiende que hay que apostar por aquella idea que acabe generando más consenso entre el soberanismo.

El presidente del Parlament cree que la reacción al veredicto del Tribunal Supremo se tiene que reflejar en la calle, también jugando con la incidencia política en la gobernabilidad del Estado español y desde la plana internacional, donde los "exiliados tienen vías de conexión para trabajar". También los presos son "agentes políticos importantes" que tienen que participar en el rumbo del independentismo.

Sobre una nueva etapa de desobediencia civil, Torrent defiende que el independentismo tiene "muy claro" que la resolución del conflicto "será dialogado y negociado" y en un marco "multilateral". Ahora bien, reconoce que, "evidentemente", se tendrán que tomar decisiones que no cuenten con el consentimiento del Estado "para llegar a un estadio final del conflicto multilateral".

"¿Conviene más un gobierno PSOE-Podem que podamos acondicionar, o unas nuevas elecciones con el riesgo de la triple derecha?"

De cara a la posible segunda sesión de investidura de Pedro Sánchez, Torrent ha lamentado que pocas cosas han cambiado desde principios de verano y que no han visto "ningún gesto" en los socialistas hacia Catalunya.

Sin embargo, reclama una "reflexión estratégica" de qué favorece más al movimiento a corto y medio plazo. "¿Qué nos conviene más, un gobierno del PSOE y Podemos en minoría, susceptible de ser condicionado por los independentistas al Congreso, o unas nuevas elecciones con el riesgo de que gobierne el tripartito ultra?", ha reflexionado.

Torrent rechaza el "cuánto peor, mejor" y cree que para resolver el conflicto "hay que ser activos": "No es suficiente con picarnos en el pecho, porque probablemente estamos expulsando a una parte de la gente que nos ha seguido hasta aquí", ha apuntado, haciendo un llamamiento a ser "lo bastante hábiles e inteligentes" para también sumar más partidarios.