La crisis abierta entre España y Argelia, a consecuencia de los cambios de opinión del gobierno de Pedro Sánchez sobre el Magreb y el abandono final de la reivindicación del Sáhara Occidental, no para de escalar y ha llegado a la UE. Pero las autoridades comunitarias intentan poner serenidad, conscientes de que existen intereses contradictorios en juego.

El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, pidió en junio al comisario europeo de Comercio, Valdis Dombrovskis, que tratara de mediar en el contencioso entre España y Argelia en defensa de los intereses europeos. El comisario efectivamente ha expresado "preocupación" por las supuestas "medidas coercitivas" adoptadas por el gobierno argelino contra España, y eso ha indignado ahora a Argel. "Este funcionario no dice nada sobre la actitud obstruccionista del Gobierno español, que bloquea la adopción de las prioridades de la asociación, negociadas y ultimadas desde hace muchos meses, en el marco de la Política Europea de Vecindad, de la misma manera que mantiene silencio sobre la actitud irresponsable de este mismo país, España, que abusa de la regla del consenso para bloquear la convocatoria del Consejo de Asociación, órgano político estatutario encargado de debatir todas las cuestiones, tanto políticas como económicas y comerciales", se queja un alto cargo argelino.

Mientras se mantienen bloqueados los canales comerciales desde el mes de junio, incluida la importación de gas, ahora el gobierno argelino se ha quejado de que el ejecutivo español ha llevado el conflicto a la UE y los presiona desde allí. "Las presiones y gesticulaciones de España son contraproducentes. No nos impresionan en absoluto", ha indicado una fuente argelina a la agencia oficial.

Bruselas ha optado este viernes por la prudencia ante las disputas entre España y Argelia. La Comisión Europea ha confiado que los dos Estados sean capaces de resolver la crisis comercial resultante de la suspensión del Tratado de Amistad por parte de Argel el mes de junio pasado, y ha dejado para más adelante la posibilidad de actuar. "Argelia es un socio importante para la UE en el Mediterráneo del Sur y un actor clave para la estabilidad regional", ha reconocido la portavoz de la Comisión. Por eso, Bruselas confía en que "en nombre de nuestra amistad fuerte y de larga duración, se encuentre una solución cuanto antes mejor para el pleno restablecimiento de las relaciones comerciales y de inversión sin restricciones".

"El diálogo tendría que llevar a resultados concretos", ha insistido la portavoz, que ha dejado claro que Bruselas seguirá coordinándose con el Gobierno español en esta cuestión y "evaluando las implicaciones" de las restricciones en materia de comercio que puedan ser contrarias al Acuerdo de Asociación entre la UE y Argelia.