Nadie en Palau confiaba en la absolución. Pero a pesar de esperarse una condena, la contundencia de la sentencia al procés ha dejado tocado al Govern de la Generalitat, donde la mayoría de sus miembros mantienen estrechos lazos de amistad con los presos. Con toda solemnidad, desde la galería Gótica donde hace dos años Carles Puigdemont se comprometió a aplicar los resultados del 1-O, el presidente Quim Torra ha comparecido para denunciar "la hora grave que vive Catalunya", reclamar la amnistía y anunciar que pedirá reunirse de manera urgente con el rey y con Pedro Sánchez.

Durante su discurso, Torra ha estado flanqueado por el vicepresidente Pere Aragonès, por los consellers, el presidente y la mesa del Parlamento, los expresidentes de la cámara catalana y el expresidente Artur Mas. El texto pronunciado, pactado con ERC y acabado de cerrar no hace ni 24 horas, ha dedicado palabras de agradecimiento y alabanza a los "doce condenados". Personas, ha destacado, "honorables, demócratas y pacíficas". Asimismo, ha calificado la sentencia de "insulto a la democracia y desprecio a todos los catalanes". 

"La sentencia es extensiva a todos los catalanes", ha denunciado el jefe del ejecutivo, que ha recordado que "hacer un referéndum no es ningún delito, no está ni contemplado en el código penal". Como ya ha hecho en anteriores comparecencias, Torra ha reafirmado el compromiso de su gobierno de "no desfallecer" en el camino hacia la independencia, que seguirán avanzando "sin excusas". En relación con las movilizaciones que ya han empezado a hacer hervir las calles de Catalunya, el president ha invitado a responder con "determinación, serenidad, firmeza, civismo y con sentido democrático y pacífico". 

Al acabar la declaración, el president ha aprovechado para anunciar que ha pedido a Roger Torrent una comparecencia en el pleno del Parlament donde se acabará de definir la respuesta a la sentencia. También ha explicado que hoy mismo mandará una carta al rey y al presidente del gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, solicitándoles yuna reunión urgente para abordar "la crisis" que se abre a raíz del veredicto del Supremo. Les adjuntará, además, el texto de la declaración leída esta mañana. 

Equilibrio entre la vía pragmática y la confrontación

Así pues, la primera reacción del Govern mantiene por ahora la prudencia. La declaración ha sido un auténtico ejercicio de orfebrería, para encontrar el equilibrio entre las dos almas que imperan en el seno del independentismo: la confrontación vs pragmatismo. Según explican fuentes del Gobierno a ElNacional.cat, el texto acabó de pulirse este domingo. En el centro, la priorización del blindaje de las instituciones de autogobierno, con la sombra de la aplicación del 155 cerniendo sobre el Palau de la Generalitat.

Los socios de Gobierno han recibido la noticia de la sentencia por separado. Cada uno de ellos se encontraba reunido con sus cuadros de partido. Poco a poco han ido llegando a Palau, donde desde las ocho y media de la mañana ya había el presidente de la Generalitat.

Al acabar la declaración insitutcional, el presidente Torra se ha desplaza hasta la Plaza del Rey, donde se celebraba un acto con los familiares de los condenados. Un rato antes de la comparecencia del Gobierno, diputados de Junts per Catalunya, ERC, la CUP y también algunos representantes de los comunes se han concentrado en la escalera del Parlamento acompañados de trabajadores de la cámara, visiblemente emocionados.