El president, Carles Puigdemont, ha repasado esta tarde la situación creada por el aumento de la tensión entre el Parlament y el Gobierno español a raíz de la votación en el pleno de las conclusiones de la comisión de estudio del Proceso Constituyente. "Esta vez se volverán a equivocar, pero será seguramente la última", ha advertido el president.

Puigdemont, que ha participado en la escuela de verano de la JNC, la rama juvenil del Partit Demòcrata Català, en Sant Esteve de Palautordera, ha protagonizado una intervención contundente donde ha asegurado que el Parlament seguirá aprobando resoluciones "diga lo que diga el TC, el Gobierno español o quien quiera." "Los Parlamentos aprueban leyes por mayorías", ha recalcado.

Ya es suficiente

"Ya es suficiente. Con nosotros será la última vez que se equivocará la política española. No tendrá otra oportunidad", ha asegurado al referirse al último episodio de tensión provocado por la votación al Parlament desafiando la advertencia del TC.

El president ha explicado que el próximo mes de septiembre con la cuestión de confianza se marcará el "primer hito" del último tramo hacia la independencia y se irán desplegando posteriormente con el debate de política general. "Les quedará claro, si no les ha quedado claro hasta ahora, y los meses que vendrán les quedará todavía más claro, hasta el final", ha añadido.

"Y entonces se darán cuenta de que, de error en error, no se va a la victoria final, sino a la desconexión definitiva. Será tarde, se oirán muchos gritos y muchos lamentos", ha recalcado después de recordar que desde el Govern se ha explicado repetidamente la hoja de ruta al Estado y "se han enviado señales que han llegado hasta Marte", aunque "no se han dado por entendidos".

Aviso a la CUP

El president ha enviado también un aviso a la CUP, que hoy reclamaba al Govern que fije un referéndum el primer semestre del 2017, como condición para contar con los votos cupaires en la cuestión de confianza. Les ha advertido que su ejecutivo entre la "comodidad de buscar mayorías alternativas" para aprobar los presupuestos o la "fidelidad" a la hoja de ruta ha escogido esta última opción y que con la cuestión de confianza ha demostrado la lealtad "al pueblo de Catalunya por delante del partido". "Exigimos a los otros que demuestren que también son leales al pueblo de Catalunya por delante de cualquier asamblea antes de exigir nada a nadie más", ha añadido.

"La solución no vendrá de fuera, ni de la gente que no nos acepta cómo queremos ser, ni de aquellos que se han resignado", ha reprochado refiriéndose explícitamente al PSC –"que dice que lo que decida el TC ya les está bien"– y a CSQP –"que dice sí, si al constitucional le parece bien"–.

El Estado antepone la conspiración

El president ha criticado también al Estado español que "sólo se pone de acuerdo en la amenaza contra los demócratas catalanes". "Tenemos un Estado que antepone la conspiración a la democracia y que nos dice que no podemos tener ninguna esperanza de cambio", ha lamentado.

"En cualquier país civilizado, los demócratas son aquellos que obedecen la voluntad de los ciudadanos y los antidemócratas son los que conspiran contra esta voluntad, aunque a alguien lo quieran promover a los altares del Vaticano", ha ironizado en referencia al ministro de Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, cuyo nombre se había apuntado como posible embajador español ante la Santa Sede.