El Parlament ha aprobado este martes, con el voto a favor de todos los grupos parlamentarios menos Cs y PP y el diputado no adscrito Germà Gordó, presentar al Congreso de los Diputados la Proposición de Ley de despenalización de la eutanasia y la ayuda al suicidio.

En concreto, se propone reformar modificar un artículo del Código Penal y librar de responsabilidad penal a quien "por petición expresa, libre e inequívoca de una persona que sufre una enfermedad grave que la conducirá necesariamente a la muerte [...] cause actos necesarios a la muerte segura, pacífica y sin dolor de esta persona o coopere".

Junts pel Sí, en boca de la diputada Alba Vergés, ha considerado la ley como un "paso necesario" para que las personas sepan que tienen derecho a la ayuda al suicidio como una muestra de "respeto a las decisiones personas, protección a las personas vulnerables y garantías éticas".

Por su parte, el diputado Martín Barra ha justificado la abstención de Ciudadanos apelando a la necesidad de ofrecer "curas paliativas de calidad para una muerte digna" y ha advertido del riesgo de despenalizar la eutanasia.

Desde el PSC, la diputada Assumpta Escarp ha hecho una distinción entre las curas paliativas y la eutanasia y ha reivindicado la ayuda al suicidio como defensa del derecho a morir dignamente y, en extensión, el derecho a la propia vida. "El fin de la medicina es también ayudar a morir", ha asegurado Escarp.

Asimismo, la diputada de Catalunya Sí Que es Pot Ángeles Martínez ha defendido la ayuda al suicidio como un "acto médico más" y ha afirmado que "la pena de vida en unas determinadas condiciones es tan grande y tan indigna como la pena de muerte". Durante su intervención, Martínez ha dedicado unas palabras de agradecimiento a la diputada en el Congreso de los Diputados Marta Sibina, implicada y activista en sanidad.

Una ley "perezosa"

En la misma línea que Ciudadanos, el PP ha apostado por poner remedio al dolor y a la soledad, "que muchas veces es la causa de querer la muerte". El diputado Fernando Sánchez ha tildado la ley de "perezosa" y ha asegurado que está hecha "desde los laboratorios ideológicos y no en las plantas de los hospitales".

La CUP ha reiterado la necesidad de aprobar esta ley aunque ha asegurado que el Parlament "tiene que empezar a trabajar en una ley propia para que nos entregue de la amenaza constante del Código Penal".

Durante el debate también ha intervenido el diputado no adscrito Germà Gordó, que ha afirmado que votaría en contra. "Creo firmemente que se me equivocaría mucho más si no votara con conciencia", ha justificado.